La alarmante racha de Memphis en la Champions

Con el casillero a cero. La escasez goleadora de Memphis en la Champions League le está pasando factura al Barça. El neerlandés todavía no ha rugido en Europa como blaugrana y el equipo necesitará un milagro en Múnich para conseguir un billete hacia los octavos de final. El gol será más necesario que nunca.

Ante el Benfica tuvo su quinta oportunidad de estrenarse como goleador del Barça en la Champions League, pero no hubo manera. Encadena, de esta manera, siete partidos consecutivos sin marcar en la máxima competición europea: los cinco como blaugrana y los dos últimos que disputó con el Olympique de Lyon (contra el Manchester City en cuartos y frente al Bayern de Múnich en las semifinales).

Así, Memphis iguala su peor racha goleadora en la Champions League. Entre 2015 y 2018 también estuvo siete partidos sin ver puerta: los cinco últimos en que vistió la camiseta del Manchester United y los dos primeros como jugador del Olympique de Lyon. Además, también es su peor dinámica goleadora en Europa, puesto que en la Europa League estuvo, como máximo, seis partidos sin anotar. Fue en sus inicios, entre 2012 y 2013 con el PSV Eindhoven.

Un disparo (y fuera) en cinco partidos

Ante el Benfica chutó por primera vez como jugador del Barça en la Champions, y no fue entre los tres palos. Increíble pero cierto. Contra el Bayern, Benfica en el Estádio da Luz y en el doble enfrentamiento frente al Dinamo de Kiev, el neerlandés se fue de vacío sin probar un solo disparo.

La falta de gol en el Barça ya se ha convertido en uno de los mayores problemas. La imagen del equipo contra el Benfica fue sobresaliente en muchos aspectos pero, ya sea por mala suerte (véase el disparo a la cruceta de Demir) o la falta de olfato goleador pueden acabar condenando al equipo a disputar la Europa League.

Bien es cierto que las lesiones de Dembélé, Ansu Fati, Braithwaite y 'Kun' Agüero limitan mucho la capacidad goleadora de los blaugrana; como de la misma manera, también, que a Memphis se le ha otorgado un rol de ariete que no ha sido capaz de mantener con regularidad desde su llegada a Barcelona. Por voluntad propia o por obligación, pero el neerlandés se ha erigido como principal arma ofensiva del equipo y los números no le han acompañado: siete goles (tres de penalti) en 18 partidos como blaugrana.