Alarma en el Barça ante los Clásicos

El vídeo que deja más tocada la imagen del VAR: Así fue el tremendo piscinazo de Casemiro

 Casemiro simuló un penalti ante el Levante y ni el arbitro ni el VAR acertaron a evitar el despropósito / LALIGA

Ivan San Antonio

Ivan San Antonio

Gerard Piqué no es de los que se pasea frente a los micrófonos de las radios, cámaras de televisión y grabadoras de la prensa escrita en la zona mixta después de los partidos. Alguien que piensa en peras cuando el mundo sigue viendo ‘mainstream’ a una manzana mordisqueada tiene su propia opinión sobre todo lo que le rodea y la expone cuándo y dónde le da la gana. Una persona que acaba con el sistema vetusto y envejecido de la Copa Davis para crear una competición nueva merece que, cuando habla, se le escuche y, a la vez, quien le escuche reflexione sobre lo que dice, esté atento a cómo lo dice y tenga en cuenta cuándo lo dice.

LAS CASUALIDADES NO EXISTEN

El cuarto capitán del Barça fue de los últimos en abandonar el Parc OL de Lyon (intencionadamente) y, nada más salir del vestuario, en lugar de reunirse con sus compañeros y marcharse del estadio (que es lo habitual), decidió pasar por la zona mixta. Eligió a las televisiones, donde los periodistas suelen estar muy atentos a cuestiones que alimentan la rivalidad entre Barça y Real Madrid por exigencias del guión de los programas que nutren, la mayoría con sede en Madrid.

No se trató de un gesto casual. Tenía ganas de lanzar un mensaje y lo hizo. Otra veces opta por el Twitter, pero, esta vez, vio más útil usar este canal: “Funcionan así, se quejan y, después, van al campo del Atlético, les ayudan y callan”, dijo refiriéndose a la polémica arbitral por la final de la Copa del Rey de baloncesto._Que le va la marcha es una obviedad, tanto como que no suele regalar titulares gratuitamente, sin obtener algo a cambio.

PORTAVOZ OFICIOSO CUALIFICADO

Si Gerard Piqué apareció tras el 0-0 ante el OL en la Champions fue para contrarrestar la tendencia preocupante detectada en la forma de gestionar el sistema de vídeoarbitraje desde que el Real Madrid pusiera a funcionar su maquinaria mediática quejarse de él. Aquello tan viejo de “el que no llora, no mama” en versión guerra fría entre Barça y Real Madrid.

Y, en ese sentido, nadie mejor que Gerard Piqué para avisar de que en el vestuario blaugrana hace tiempo que nadie se mama el dedo, que hace muchos años que ya no dejan un vaso de leche y galletas junto a las sandalias la noche del 5 de enero. En resumen, que la plantilla quiso, a través de su tercer capitán, denunciar su malestar por el cambio de criterio en la aplicación del VAR.

LOS HECHOS DAN LA RAZÓN

La inquietud instalada en el vestuario del Barça no hizo más que aumentar de intensidad tras lo vivido el pasado fin de semana. Piqué, de nuevo en zona mixta para seguir alzando la voz y responder a los lamentos de Solari, habló el sábado, pero fue el domingo cuando pudo confirmar sus peores sospechas. Tanto él como todos sus compañeros. El arbitraje perpetrado por Iglesias Villanueva en el Levante-Real Madrid es un compendio del nuevo protocolo del vídeoarbitraje: siempre favoreciendo a los blancos, se entiende. Si el penalti es claro, que lo pite el VAR; si el penalti es dudoso, que lo pite el árbitro, no vaya a ser que no lo haga el VAR.

En la plantilla coinciden con la opinión mayoritaria del barcelonismo que culpa al Real Madrid de buscar de forma deliberada la desestabilización de un sistema que, hasta entonces, había funcionado relativamente bien (lo que provocó decisiones que, pese a ser justas, perjudicaban los intereses madridistas). Y es distinto ser atracado que dar la cartera al atracador.

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