La afición del Barça se apunta a los 'Enfants Terribles'

Arturo Vidal cambia de emoji: de la cara enfadada, al guiño tras ser sustituido

Arturo Vidal cambia de emoji: De la cara enfadada al guiño tras ser sustituido / LALIGA

Sergi Capdevila

Sergi Capdevila

La vida son tendencias, modas, rachas pasajeras (algunas no tanto). Para que algo caiga en gracia evidentemente debe tener algún 'fundamento', originalidad, mérito, aunque muchas veces se impone a lo ya existente no sabemos bien bien por qué. Simplemente porque gusta desde un comienzo, tiene una buena acogida y cala hondo entre la sociedad. ¿Quién se esperaba que en su momento los pantalones de campana lo 'petaran'? O el videojuego de 'Pokémon', o el 'discman', o dejarse bigote. O incluso ponerse parches en la mochila o pegatinas en la carpeta de tus ídolos musicales. Hay un sinfin de modas, unas más absurdas que otras, que han pasado por nuestras vidas con más o menos duración.

Extrapolándolo al fútbol, y más en concreto al Barça, no es habitual que durante la temporada hay varios 'picos' de modas. Leo Messi, por ejemplo, es una moda que llegó para quedarse hace algo más de 12 años. Casi más que una moda diríamos que es una religión ya, un 'must' como dirían los 'millennials'. Pero hay otros futbolistas que demostraron en el duelo del domingo estar en la cresta de la ola para la afición azulgrana. Ousmane Dembélé y Arturo Vidal se llevaron frente al Villarreal.

En un partido más bien soso, con poco positivo que extraer más allá de los tres puntos, quedó claro, por un lado, que el atrevimiento, el descaro y la anarquía del francés han calado entre la grada, que ve en el ex del Dortmund algo diferente, imprevisible. Y gusta. Buena prueba de ello fueron la enorme cantidad de “¡Oh”! que se llevó del ‘respetable’ en las varias acciones de mérito que protagonizó. La gente quiere sobresaltos, salidas de guión, y Ousmane se lo da con creces. Es el ‘raro’ el ‘inadaptado’ y tiene en la afición del Barça ahora mismo a su gran aliada.

Por su lado, el Camp Nou también reconoció el esfuerzo del chileno, que cuajó un partido discreto en el apartado técnico, pero al que se le vio desfondarse, aparecer por todas partes, trabajar como un jabato en defensa. Y eso, en épocas de sequía en las que no hay mucho donde agarrarse, es mucho. Prueba de ese reconocimiento fueron los pitos que se llevó Valverde cuando decidió sustituirle y los aplausos atronadores que siguieron para ovacionar a un Arturo Vidal que ya tiene algo vital en el Barça como es la bendición de la gente.

Son los ‘Enfants Terribles’ del plantel, la nueva ‘moda’ entre la masa social del Barça.