Adama, una flecha desatada

El delantero fue el mejor futbolista del Barça sobre el césped de Cornellà-El Prat

Disparó al muñeco con 0-1, pero puso el centro del empate para Luuk de Jong

Espanyol - FC Barcelona | La ocasión de Adama Traoré

Ivan San Antonio

Ivan San Antonio

Juega a otra cosa, a otro ritmo, con otra intensidad. La banda derecha fue suya durante un primer tiempo en el que todo lo que pasaba por sus pies se convertía en algo mejor de lo que le había llegado. Pedrosa sufrió muchísimo y el sudor frío era una constante cada vez que Adama recibía. Suyas fueron las mejores acciones del primer tiempo, con permiso de Gavi, que también fue un incordio para Aleix Vidal en la banda izquierda. En el segundo faltó continuidad, pero volvió a ser decisivo con el centro que permitió a Luuk de Jong marcar de cabeza el empate.

El extremo, al que le tocó asociarse con un nuevo compañero de aventuras, Sergiño Dest, siguió mostrándose cómodo como ya lo había hecho ante el Atlético, pero esta vez en territorio hostil, Cornellà-El Prat. El de L’Hospitalet, prácticamente, se echó el equipo a la espalda en lo que a tareas ofensivas se refiere. Cuando el balón era del Barça, se abría a banda, pegado a la cal, dejando la zona interior para que la ocupara Dest, como había hecho Alves ante los colchoneros. Pedrosa necesitaba ayudas de formaconstante porque la amenaza era recurrente. Pese a su buena primera mitad, en la que ayudó a retrasar la defensa blanquiazul, no pudo aprovechar un gran centro de Gavi desde la izquierda que controló con el pecho y le dejó solo ante Diego López. Su disparo, demasiado centrado, fue repelido por el meta del Espanyol. Habría sido el 0-2

En la segunda mitad, cuando el juego se había estancado, una de sus internadas, esta vez frente a dos defensores, acabó con un centro que, tras varios rebotes, Gavi convirtió en gol. El árbitro lo anuló por fuera de juego de De Jong, que intentó no intervenir en la jugada, pero lo acabó haciendo sin querer. Adama fue de lo poco potable cuando el balón era del Barça, que, eso sí, con el paso de los minutos lo era menos, lo que reducía su protagonismo y, de paso, el peligro que el Barça intentaba ejercer en el área periquita.

Cuando el Espanyol dio la vuelta al gol de Pedri, Xavi movió a todo el equipo y Adama pasó a jugar de carrilero puro, ocupándose, prácticamente, de toda la banda derecha tanto en defensa como en ataque. Demasiada responsabilidad que fue acusando cuando el partido entraba en sus minutos decisivos. Hasta que en su última internada, y con Luuk de Jong ya sobre el césped, puso un centro que acabó con el cabezazo del holandés a gol. Un punto de oro

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