El accidentado Valencia-Barça de 1935

Momento en el que Iborra abandona el campo y Berkessy se pone la camiseta del guardameta

Momento en el que Iborra abandona el campo de Mestalla, expulsado, y Berkessy se pone la camiseta del guardameta / AS

David Salinas

David Salinas

Uno de los partidos Valencia-Barça de Liga más accidentados que se recuerdan es el que se disputó el 24 de noviembre de 1935. Hubo dos expulsiones, goles en propia puerta, goles anulados, lesiones, errores… Prácticamente de todo. La victoria acabó sonriendo al equipo azulgrana, que durante 80 minutos jugó con un portero que no lo era: Elemér Berkessy. El centrocampista, por su poderío físico, fue quien ocupó el marco –y con gran acierto– después de la expulsión del cancerbero titular, Josep Iborra.

El choque, disputado en Mestalla y correspondiente a la tercera jornada de la Liga 1935-36, empezó mal para el Barça de Patrick O’Connell. En el minuto 10 se quedó sin el concurso de su guardameta Josep Iborra, expulsado junto al valencianista Manuel Guijarro por agresión mutua. El portero saltó a la caza y captura de un balón aéreo y chocó con el delantero local. Ambos perdieron la verticalidad y, en el suelo, se enzarzaron para dejar el fútbol a un lado y pasarse al boxeo.

Así lo vieron en La Región: “Los dos cayeron al suelo y allí hicieron un pequeño match de pugilismo. Iborra mordió a Guijarro y éste devolvió con un manotazo y la decisión del árbitro fue que ambos salieran del terreno de juego”. Todas las crónicas, más o menos coincidieron en los hechos. As escribió: “El portero, Iborra, y el interior Guijarro se metieron en un lío, y fueron expulsados del campo”.

Lo cierto es que la expulsión perjudicó más al Barça que al Valencia, que se quedó sin portero faltando 80 minutos. Sin posibilidad de poder sustituir a Iborra por otro jugador –el reglamento lo impedía–, fue Berkessy quien pasó a situarse bajo los palos. La modificación hizo que Balmanya pasara a mediocentro y Raich, a interior izquierdo, quedando la línea atacante del equipo catalán en cuatro elementos. En esos momentos el marcador señalaba un 0-1 para el Barça. Escolà, que con los años se haría acreedor del sobrenombre del catedrático del fútbol por su exquisito juego, había inaugurado el marcador en el minuto 2.

Berkessy solo cometió un error

El Valencia se las prometió muy felices con el húngaro en el marco, pero lo cierto es que Berkessy, para sorpresa de todos, cuajó un gran partido y salvó al Barça en más de una ocasión. Solo erró en el gol del empate del equipo che, a poco del inicio del segundo tiempo, cuando el balón impulsado por Amadeo se le escurrió de las manos. En la recta final del partido, nuevamente Escolà, dio la ventaja definitiva al Barça (1-2), que se llevó los puntos.

Iborra fue castigado con dos partidos de sanción por agresión a Guijarro y éste solo quedó descalificado por uno “por repeler la agresión”. Nogués Llorens jugaron los dos siguientes duelos hasta la reaparición de Iborra, que ya se movió del marco azulgrana, cuajando actuaciones espectaculares como la del 9 de febrero de 1936 en el Metropolitano de Madrid, contra el Atlético (0-3). Hizo “inverosímiles paradas”, se leyó en La Época y en las páginas de La Nación le dedicaron una oda: “¿Quién es ese Iborra? ¿Quién es esa fiera de jersey y gorra y que no hay manera de meterle un gol? ¿Es quizá español? ¡Señores, qué saques! Y con qué dominio sufre los ataques ¿No será abisinio?”.

Reacciones

Hasta el miércoles 27 de noviembre, tres días después del partido, no trascendió la versión de Iborra por lo sucedido en Mestalla. El portero se confesó a Francis en El Mundo Deportivo. Desmintió que hubiera mordido a Guijarro y le mostró al periodista su “máquina de morder”, con un “boquete en la parte superior delantera”.

La pieza le saltó, dijo, “por obra y gracia de Guijarro que me largó un codazo tremendo. Me rompió el diente y se hirió él mismo en el codo”. Así se fraguó la expulsión. “Después de la carga se me vino encima y no me dejó salir por más esfuerzos que hice. Yo veía que la pelota danzaba por los alrededores y quería librarme de su aplastante humanidad para defender la meta”.

El portero agregó también que el árbitro, en primera instancia, expulsó a Guijarro, pero éste le pidió que no lo echara, pues quería jugar el Real Madrid-Valencia del siguiente fin de semana en Chamartín. Luego apareció su compañero Iturraspe y lo convenció que se fuera porque, de hacerlo, “también me sacarían a mí y tendrían más probabilidades de ganar”. Y así fue. Iborra también dijo que Guijarro “cuando vio el pleito perdido hizo una exhibición de codo, que sangraba ligeramente por el choque con la dentadura, pero de eso a que le mordiera…”.