El 3-5-2 no funcionó

El amistoso ante el Salzburgo reabrió el debate sobre el sistema del Barça de Koeman. Por primera vez esta pretemporada, el holandés recurrió al 3-5-2, el dibujo que impulsó al equipo la temporada pasada, pero también con el que el Barça protagonizó un final de temporada muy decepcionante. 

Tanto que cuando Laporta se tomó un periodo de reflexión para decidir el entrenador, durante las reuniones con Koeman, uno de los temas fue el descontento del presidente con el 3-5-2. El presidente era partidario de recuperar el 4-3-3, el dibujo habitual tanto en los años de Guardiola como Luis Enrique en el banquillo del Barça. 

El mensaje de Laporta parece haber calado en Koeman, que solo ha reparado esta pretemporada en el 3-5-2 en el último amistoso ante el Salsburgo.

La pretemporada deja entrever que se han cambiado las tornas: que el 4-3-3 será el sistema habitual y el 3-5-2 una alternativa. Ante el Salsburgo el regreso al sistema de la temporada pasada no funcionó. Alfred Schreuder, segundo de Koeman, explicó antes del encuentro que querían acumular más gente en el centro del campo.

Sabía el cuerpo técnico azulgrana que enfrente habría un equipo que presionaría arriba y que juntaría muchos jugadores en el centro del campo, pero el Barça no logró superar el ritmo de los locales.

Sufrieron los azulgrana, que no estuvieron acertados en el repliegue y podrían haber encajado más goles. Solo Araujo, de los tres centrales, pareció saber sobreponerse a situaciones de campo abierto y de mano a mano con los delanteros. Otros jugadores como Busquets y Jordi Alba acusaron la falta de rodaje. Fue un Barça muy distinto al del anterior amistoso, el jugado ante el Stuttgart, el mejor de la pretemporada. 

En una semana de mucha carga de trabajo, al Barça pareció faltarle frescura y soluciones en un 3-5-2 que esta vez no dio los mejores resultados. Al equipo le faltó mucha profundidad en las bandas porque ni Dest ni Alba jugaron su mejor partido y algunos futbolistas como Nico y Gavi están menos familiarizados con el sistema. Los dos salieron airosos (el primero fue uno de los mejores del equipo), pero el Barça dio esa sensación de equipo sobrepasado por el ritmo de un rival más rodado. 

Tras el encuentro, Koeman reivindicó la vigencia del sistema y recordó que, números en mano, fue el mejor sistema para el equipo la temporada pasada. Para esta insistió que sería una alternativa y que le gusta trabajar con varios sistemas. “Es importante poder cambiar de sistema. El sistema de tres defensas nos dio mucho la temporada pasada”, recordó.