1982: O cómo regalar una Liga que estaba ganada

Alexanco y Lauridsen en una acción del derbi de 1982 en el Camp Nou (1-3)

Alexanco y Lauridsen en una acción del derbi de 1982 en el Camp Nou (1-3) / ANTONI CAMPAÑÀ

Toni Closa

Toni Closa

El Barça iba lanzado hacia un título de Liga que se resistía desde la histórica campaña 1973-74. En la jornada 28 -la Liga tenía 34- el conjunto dirigido por Udo Lattek derrotaba al Zaragoza en el último minuto con un gol de Quique Morán. A falta de sólo seis jornadas, los blaugrana tenían 5 puntos más que la Real Sociedad (con ‘goal average’ favorable, además) y 6 que el Real Madrid. Recordemos que, entonces, las victorias valían dos puntos. Era, por tanto, una ventaja sustanciosa. 

Per, a partir de ahí, ocurrió lo increible.  El Barça iba a sumar sólo dos de los últimos doce puntos en juego y regalaría el título a los ‘txiru-urdin’ que lograron 9. En la jornada 29, el conjunto blaugrana cayó con estrépito en Mestalla (3-0). No pasaba nada... porqué la Real también había perdido y hasta la había superado el Madrid (43-39-38). 

La revancha del 0-4 en Sarrià

Y llegaba el Espanyol. Un triunfo hubiera devuelto las aguas a su cauce. Los blanquiazules, que luchaban por no descender, acudieron con ganas de revancha del 0-4 encajado en la primera vuelta en Sarrià. Y les salió un partido redondo, liderados por Lauridsen y el joven Urbano, que abrió el marcador a los 5 minutos.

El danés logró el 0-2 y hasta el 73 no consiguió acortar distancias el Barça pero, a renglón seguido, Murúa situó un ya inamovible 1-3. El remodelado Camp Nou acogió 120.000 espectadores; entre ellos Joao Havelange. El Barça perdió inexplicabemente la Liga y el Espanyol se salvó.