Víctor Tomàs: "Será una noche inolvidable"

El Barça retirará la camiseta de Víctor Tomàs con el número 8 en el Palau a la conclusión del Barça - THW Kiel

"Pienso que una carrera como la mía merece un adiós como el del día 30", manifestó el catalán a SPORT

Víctor Tomàs, junto a las camisetas retiradas en el Palau

Víctor Tomàs, junto a las camisetas retiradas en el Palau / VALENTÍ ENRICH

Obligado a dejar el balonmano contra su voluntad por un problema cardíaco tras 19 años en el primer equipo, Víctor Tomàs vivirá su merecido homenaje el 30 de noviembre tras el duelo ante el THW Kiel con la retirada de su ‘8’.

De esta forma, el que fuera extremo derecho del primer equipo durante casi dos décadas completas se unirá a una gran lista de mitos de la sección cuyas camisetas cuelgan del Palau como David Barrufet, Enric Masip, Xavi O'Callaghan, Óscar Grau o Iñaki Urdangarin tras una polémica inicial al poner en duda el presidente Joan Laporta esta práctica de cara al futuro.

A escasos días de su gran noche, el catalán mantuvo una interesante charla con SPORT en la que analizó los momentos tan complicados que vivió al serle detectado un problema cardíaco que terminó precipitando su retirada cuando el club contaba con él y confiaba en seguir al menos otras dos temporadas.

Usted ya lo sabía, pero están siendo días especiales, ¿no?

Sí, muy bonitos. Los que me conocéis sabéis que para mí era muy necesario cerrar bien esta etapa y que tengo muchas ganas de despedirme en mi casa de la gente que me ha apoyado tantos años. Es verdad que lo sabía, pero desde que lo anunció el club he recibido muchos mensajes de gente que me dice que vendrá y que estará a mi lado. Es bonito que los que te quieren te demuestren su cariño.

Su retirada fue tan triste...

Muy amarga. ¡Yo no quería irme! Estaba bien, Pascu y Barru contaban conmigo y todo apuntaba a que seguiría. Fue un golpe muy duro y tardé mucho tiempo en recuperarme, porque con la pandemia no pude ni despedirme. Un día me desperté y entendí que ya había jugado mi último partido.

Víctor Tomàs, el día que anunció su retirada

Víctor Tomàs, el día que anunció su retirada / FCB

No pudo jugar ni la Final Four.

Se aplazó a diciembre y yo ya me había tenido que retirar. Quería jugar, pero los médicos me dijeron que no y fue que no. Me quedé con ganas de muchísimas cosas.

¿A nivel médico está bien?

Sí. Lo que no puedo hacer es deporte diario de alta intensidad. Si intentase volver a ponerme en forma para jugar, ahí el corazón volvería a mostrar síntomas del bloqueo auriculoventricular que tenía. Lo que sí puedo hacer es deporte amateur como salir en bici, correr o jugar al pádel. Para eso no tengo ningún problema.

¿Lo veremos en la tele ganando algún torneo de pádel?

Jaja. No. El pádel ha cogido un nivel estratosférico. He ganado algún torneo de segunda categoría y cosas así. No lo he acabado de montar, pero me está dando vueltas a la cabeza desde hace tiempo la idea de entrenar a pádel.

Hay un problema, que es demasiado competitivo...

Sí, me encanta competir, pero tengo buen perder en el pádel. En el balonmano no lo tenía, aunque tuve la suerte de perder poco.

¿En qué piensa cuando ve que el día 30 se unirá a la lista de grandes mitos de la sección?

Es una buena pregunta. Pienso que es algo que ha llegado de manera un poco natural, porque yo me lo he pasado muy bien haciendo lo que hacía. Siempre he tenido la sensación de ser un privilegiado y desde el primer día me he entregado al máximo por estos colores, por este club, por mis compañeros y por todos los entrenadores que he tenido. Siempre he intentado ser un jugador de equipo que buscase soluciones cuando había problemas y no al contrario. Ahora pienso en el camino recorrido durante todos estos años. Ha pasado muy rápido y pienso en que una carrera como esta merece un adiós como el del día 30 en el Palau.

Víctor Tomàs ha vivido casi dos décadas en el primer equipo

Víctor Tomàs ha vivido casi dos décadas en el primer equipo / VALENTÍ ENRICH

¿Le quedó algo pendiente?

Ganar un Europeo y ganar unos Juegos, pero sobre todo retirarme cuando quería y que mis hijos me recuerden jugando en el Barça. Por eso estoy muy contento, porque podré venir al Palau y enseñarles la camiseta y que su padre tuvo un papel significativo en la historia del balonmano del Barça.

¿Cómo se lo imagina?

Será una noche inolvidable. Decir adiós a la mayor cantidad de culés en el Palau con un gran ambiente será muy especial. Espero que la gente venga a apoyar al equipo en un partido clave para ser primeros, que ganemos y que tengan paciencia para quedarse, porque será un poco tarde entre semana.

¿Cómo ve al Barça de ahora?

Lo veo bien. Comparando el primer año y el segundo de la era Ortega, el equipo está mejor que a estas alturas de la pasada temporada, pero aquí las notas se ponen a final de curso y el curso pasado se sacó más de un sobresaliente ganando la Champions. Los veo en buena disposición de completar otra gran temporada.

¿Y qué me dice de Ortega? Tiene mucho mérito...

En el club se apostó por él, pero había mucha presión porque se venía de ganar la Champions y la gente que entró decidió hacer un cambio. Carlos tuvo un papel muy difícil. De hecho, tras la Final Four se le vio muy emocionado y explicó que sufrió mucho. Demostró que es un ganador y que conserva intacto todo el carácter que tenía cuando jugaba. Está haciendo un gran trabajo, eso está muy claro.

¿Su labor de comentarista le permite mantener el contacto con el primer equipo?

Sí. Me encanta mi tarea en Esport3 y estoy muy a gusto con el equipo de trabajo. Intento explicar el balonmano de forma un poco diferente para que la gente lo entienda y se enganche. Trato de contar qué está pasando, qué quieren hacer los equipos y por qué. Esto me permite seguir pendiente del balonmano y estar cerca del equipo, aunque tengo una agencia de representación y con eso también estoy muy metido.

Víctor Tomàs, durante la entrevista con SPORT

Víctor Tomàs, durante la entrevista con SPORT / VALENTÍ ENRICH

Es extremo derecho como usted. ¿Qué le parece Pablo Urdangarin?

No lo he visto jugar suficientemente como para tener una opinión muy formada. Cuando ha jugado lo ha hecho bien. No se complica y hace lo que le toca, pero mantenerse es muy complicado y en el Barça tiene delante a dos monstruos como Aleix Gómez y Blaz Janc. Tiene que trabajar mucho y ser muy consistente cuando juega y cuando no juega. Mira, en la Super Globe tuvo un partido que podría haber metido 11 goles e hizo ocho, porque tiró una vaselina, una rosca. Evidentemente el error está permitido, pero tiene que aprender de la gente que tiene delante. Tiene el físico, la calidad y las condiciones. Veremos si también le acompaña la cabeza, que es clave en la elite.

Es el hijo de Iñaki y también está despuntando Ian, el hijo de Barru... ¿Le gustaría que sus hijos siguiesen sus pasos?

Los dos juegan a balonmano y de momento les gusta, pero es muy pronto. Claro que me gustaría que jugasen a balonmano, porque creo que les enseñaría muchas cosas para la vida, pero tienen que hacer lo que más les gusta y yo soy poco intervencionista. Mi mujer lo es un poco más.

No lo veo en los banquillos...

No, no. Mi mujer me insiste en que lo haría muy bien y yo creo que lo podría hacer bien y me gustaría. Lo que no me gusta es la vida del entrenador. Es dura, sacrificada, muy incierta y no me veo ahí. He llevado esta vida casi 20 años, he tenido la grandísima suerte de pasar toda mi carrera aquí y mi familia y yo estamos muy asentados en Barcelona y no quiero dejar mi entorno. Si no lo hago es por mí, porque mi mujer no tendría problemas para marcharse.

Por último, un deseo para el 30.

Disfrutarlo al máximo, que la gente venga con ganas de pasarlo bien y que sea una noche para imborrable para mi familia, para la gente más cercana, para los culés y para mí.