Sorhaindo: "Esta renovación ha sido especial y me emocioné muchísimo"

Cédric Sorhaindo, en la Ciutat Esportiva antes del parón

Cédric Sorhaindo, en la Ciutat Esportiva antes del parón / JAVI FERRÁNDIZ

David Rubio

David Rubio

Cédric Sorhaindo cumplió 36 años el pasado domingo y dos días antes llegó a un acuerdo con el FC Barcelona para ampliar su contrato una temporada más hasta junio de 2021, aunque la firma no se producirá hasta que las circunstancias provocadas por el COVID-19 lo permitan.

De esta forma, el pivote francés cumplirá su undécima temporada consecutiva como azulgranasuperando al danés Jesper Noddesbo y situándose como el segundo extranjero que más cursos ha vestido de blaugrana solo por detrás de los 12 de Laszlo Nagy.

Llamado a ser uno de los grandes líderes del vestuario ante el anunciado adiós de Víctor Tomàsel extrovertido 'Tchouff' ha mantenido una conversación telefónica con SPORT.

¿Cómo está viviendo la actual situación?

Como todo el mundo. Echo de menos el balonmano, pero la gravedad del problema que vivimos está muy por encima. Ver el sufrimiento de la gente impacta un montón. Esto nos ha servido para ver que podemos ser más solidarios, compartirlo todo y ser un equipo. Cuando dejemos atrás esta pandemia, hemos de recordar que podemos hacer cosas grandes si somos solidarios. En ese sentido, creo que nos hará crecer.

Enhorabuena por la renovación. ¿Cómo se siente?

Muy feliz. Lo primero, agradecer la confianza del club y también dar las gracias a Pasqui y a mis compañeros. He renovado muchas veces, pero esta ha sido la más especial. Es un honor y un orgullo. Aquí he vivido los mejores años de mi vida y voy a seguir otro año en el Barça... no lloré, pero me emocioné muchísimo.

¿Qué supone el Barça en su carrera?

El Barça no fue el comienzo, pero sí la primera marcha. Salí de Francia, no hablaba español... He jugado con un montón de jugadores y quiero dar las gracias a todos, desde el más veterano al más joven de la base, porque entre todos me han hecho crecer y ser más maduro.

¿Y Xavi Pascual?

¡Oh, muy fácil! Es un padre dentro y fuera de la pista. Me mete mucha caña como buen padre, pero en los momentos duros siempre ha estado ahí y me ha apoyado a tope. El mío murió hace seis años y mi relación con Pasqui es de ese tipo. Después, su espíritu humano, cómo ve las cosas, su formar de pensar... me identifico con él en todo.

Cuando mira atrás y ve a ese niño que no andaba bien y esa operación en la que le partieron las tibias para 'abrirle' las piernas... ¿Se siente orgulloso?

La gente me dice que es un milagro, pero veo pruebas de vida superadas. Ante los problemas hay que buscar soluciones, superarse a sí mismo. Como niño me tocó afrontar esa dura realidad, pero la superé. Tenemos que superar nuestros miedos. A mí no me da miedo fracasar, pero no soporto no intentarlo.

Usted es la demostración de ese dicho, ‘querer es poder’...

Siempre se puede, pero es clave encontrar a las personas que te hagan crecer. Quizá yo he tenido a las personas adecuadas, gente que me ha transmitido amor y pasión, gente que te apoya, que te guía... Al final es una mezcla de la mentalidad, los apoyos. ¿Sabes? Yo pensaba que nunca jugaría en el extranjero. Cuando iba camino de Barcelona, cerca de la frontera  me eché a llorar, pero enseguida pensé... ¡es tu decisión y tienes que ir! Yo doy las gracias a la gente que me ha apoyado y a los que me han criticado, porque me han ayudado a tener más espíritu, más determinación y más voluntad.

¿Cómo vive el tema del racismo

Es una mezcla de muchas cosas. ¿Sabes? Tenemos que ser realistas. Es un tema que está ahí y esto tenía que pasar. Pasan un montón de cosas que muchas veces la gente no lo ve o no quiere ver, pero ha llegado el momento de decir ‘stop’. La verdad es que esas imágenes me impactan. Y a todos.

Hay que cambiar muchas cosas...

Hay que ser positivo. Yo soy como soy, lo asumo y estoy muy orgulloso. Es cuestión de amarse a sí mismo. Cambiar el mundo es cosa de todos, pero para eso cada persona tiene que darse cuenta de que debe cambiar y eso es fácil de decir. Lo difícil es cambiar las mentalidades. Te enfadas, pero es mejor ir con la cabeza alta, pasar de según qué cosas y, repito, ser positivo.

¿Aún tiene ilusión por ganar?

Los títulos se quedan atrás. Yo quiero seguir viviendo historias. Cuando ganamos, siempre pongo en valor todo el trabajo que hay detrás. Además, las historias de los títulos nunca se parecen. Y lo que quiero es vivir mi última aventura aquí y decir dentro de 10 años que volvimos a ganar.

¿Se retirará al final de la próxima temporada con seguridad?

No... Ya veremos, ya veremos.

¿Cómo lleva lo de Víctor Tomàs?

Me enfrenté a él con 17 años y hemos bromeado tanto que a veces no podíamos reír más. Víctor se ha implicado al máximo y lo ha dado todo por el club y por sus compañeros. Él dijo de mí que soy una persona 10 y se lo devuelvo. Él es un diez en todo, con imperfecciones como todo ser humano. Víctor es eso, es compromiso... es el niño del Barça.

¿Se ve como líder del vestuario?

No quiero actuar como no soy. En este vestuario hay mucha complicidad y ahí Víctor ha sido clave, pero no puede seguir. Es algo que tiene que salir de ti. Si me toca decir algo lo voy a decir, porque creo que será bueno para el crecimiento del equipo.

¿Este Barça puede mejorar? 

Nuestro estilo ha cambiado y eso lo condiciona todo. A Pasqui le gusta ir añadiendo matices y ahí podemos seguir mejorando. Tenemos que perfeccionarlo. El míster sabe transmitir lo que quiere y todos creemos en él. Al final los jugadores son los que acaban marcando el estilo y ahí también vamos por delante.