El Barça, a la final con un trabajado triunfo ante el Logroño

El Barça estará este domingo en la final

El Barça estará este domingo en la final / RFEBM

Àngels Fàbregues

Àngels Fàbregues

El segundo y último paso hacia la final también es un hecho. El FC Barcelona Lassa logró el billete no sin antes tener que trabajar de lo lindo ante un Logroño que de nuevo puso problemas en la pista. 

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COPA DEL REY

28
24
Alineaciones
BARÇA LASSA, 28
(17+11): Möller (p.) Fábregas (2), Palmarsson (3), Nemanja Ilic (1), Mem (3), N'Guessan (2), Víctor Tomàs (5) -siete inicial-, Entrerríos (2), Sorhaindo, Ariño (2), Aleix Gómez (5, 4p), Syprzak, Petrus, Dolenec y Duarte (3).
BM LOGROÑO LA RIOJA, 24
(10+14): Sergey Hernández (p.), Vanja Ilic (2), Sánchez-Migallón (1), Kusan (2), Javier Muñoz (4, 1p), Fekete, Kukic (3) -siete inicial-, Balenciaga, Del Arco (1), Garciandía (2), Scott (6), Moreira (2) y Cadarso (1).

En la final espera el Cuenca, un equipo físicamente muy bien trabajado que juega con desparpajo y que saldrá a la final empujado por una ilusión que podría hacer obrar el milagro. El  Barça es favorito de todas todas, pero los conquenses, que además están en Alicante como en casa con una grada que convierte el pabellón en una olla a presión, no facilitará para nada las cosas.

Un dato para tener en cuenta es que el Cuenca lleva nueve partidos sin perder, el otro dato interesante para los culés es que la última vez que el conjunto conquense perdió fue ante el Barça.   

Semifinal con dos partes

En la semifinal, los de Xavi Pascual empezaron muy bien, con una primera mitad inmaculada en la portería con un Kevin Moller que paró todo y más. Concretamente acabó con 13 paradas de 44, de las cuales casi todas fueron en la primera mitad. 

Parecía que el partido se encarrilaba pronto ante un rival al que el Barça le tenía ganas. Con un parcial de 4-0, los blaugrana se pusieron con un 9-4 cuando solo se habían consumido 15 de los 30 minutos de la primera parte.

Estaba todo controlado con una buena defensa y con pocos fallos en ataque, acaso alguna pérdida, y solo las grandes paradas de Sergey Hernández, elegido como MVP del partido, evitaron que las ventajas fueran superiores.

Los rápidos repliegues azulgranas evitaban que el Logroño construyera ataques fluidos y se llegó al descanso con un 17-10 que podía dar a entender que la final estaba resuelta. Nada más lejos de la realidad.

Segunda mitad complicada

Un gol de Moreira nada más iniciarse la segunda mitad y otra diana a puerta vacía fue la carta de presentación del Logroño. Un aviso para el Barça de que las cosas no iban a ser fáciles.

Poco a poco se fueron creciendo y el Barça tuvo que ponerse las pilas para gestionar la ventaja adquirida en la primera parte.

Pero la fluidez en ataque desapareció y costaba un mundo anotar goles. La efectividad de Moller empezó a menguar de tal manera que el Logroño se acercó a cuatro goles a falta de siete minutos para el final.

El Barça ya sabía lo que era sufrir con este equipo y no quería tener que lamentar otro susto, así que se puso el mono de trabajo, pisó de nuevo el acelerador y buscó asegurarse el triunfo como fuera.

Al final los azulgranas lograron ganar por 28-24 y un puesto en esta final que buscaban desde el primer día y donde quieren conseguir la Copa número  23 de su palmarés, El título está más cerca.