Melvyn Richardson, en el nombre del padre

El lateral derecho francés de 24 años ocupará el puesto de Jure Dolenec y firma hasta 2024

“Si te llama el Barça, no te pones a reflexionar. Quiero ganarlo todo”, dijo el hijo del mítico Jackson

Melvyn Richardson, un fichaje de campanillas para el Barça

Melvyn Richardson, un fichaje de campanillas para el Barça / FCB

David Rubio

David Rubio

En el verano de 2000, el extinto Portand San Antonio sorprendió con el fichaje del cotizado Jackson Richardson (31 años) y el galo se llevó a la familia consigo a la capital de Navarra. 

Con tres años y medio, su hijo Melvyn cambió Alemania (su padre jugaba en el Grosswallstadt) por Pamplona, donde vivió hasta que Jackson fichó por el Chambéry en 2005 y por fin con ocho años cumplidos pudo establecerse por primera vez en su país natal. 

Lo que está por tanto muy claro es que la trayectoria de Melvyn ha estado muy marcada a todos los niveles por la vida deportiva de su padre, quien fue plata en los Juegos Olímpicos de Barcelona’92 y ganó dos Mundiales con Francia.

Gran fichaje

Con 24 años Melvyn Richardson se ha ‘independizado’ ya de su progenitor a nivel deportivo y este lunes se convirtió en el fichaje estrella para los cuatro próximos ejercicios del nuevo Barça que dirigirá Antonio Carlos Ortega. Por cierto, que llega gratis en el último servicio al club del injustamente maltratado David Barrufet.

Tras jugar dos años en Chambéry en su debut al máximo nivel, el lateral derecho fichó en 2017 por el Montpellier y colaboró a la segunda Champions de los galos tras noquear a los azulgranas en octavos.

Richardson era una de las figuras del Montpellier

Richardson era una de las figuras del Montpellier / EFE

En el ‘MHB’, Richardson ha madurado hasta el punto de convertirse en uno de los referentes de la nueva hornada de la selección ‘bleu’ junto a sus nuevos compañeros Dika Mem y Ludovic Fàbregas o Romain Lagarde y Nedim Remili. El ya azulgrana ganó el bronce en el Mundial de 2019 con Francia.

Aunque llega para suplir a Jure Dolenec y formar con su compatriota Dika Mem la mejor pareja de laterales zurdos a nivel de clubs, sus condiciones podrían permitirle actuar de central, una posición que queda ‘tocada’ tras la retirada de Raúl Entrerríos tras los Juegos y la controvertida marcha de Aron Palmarsson al Aalborg. Otra opción sería ‘centrar’ a Timothey N’Guessan... pero eso será ya decisión de Ortega. 

Muy feliz

En un castellano casi perfecto fruto de su niñez en tierras navarras, Melvyn Richardson se mostró muy satisfecho. “Cuando veía por televisión a los jugadores del Barça, me decía a mi mismo que ése era el balonmano que yo quería jugar. Estoy muy contento de poder vivir esta aventura”, dijo uno de los ‘fijos’ de Guillaume Gille para los inminentes Juegos de Tokio.

Richardson estaba deseando jugar en el Barça

Richardson estaba deseando jugar en el Barça / EFE

"Para mí empieza un nueva etapa y una nueva experiencia, Soy joven y necesito vivir diferentes cosas. Si un club como el Barça te llama no te paras a reflexionar, porque quieres jugar con los mejores y ganar títulos", recalcó el marsellés.

En cuanto a sus compatriotas Mem, N’Guessan y Fàbregas, recalcó que solo le han dicho "cosas buenas del club y estoy muy contento por jugar con ellos y con el resto de compañeros de esta gran plantilla".

Una carrera muy precoz

Aunque siempre ha estado marcado por las absurdas comparaciones deportivas con su padre Jackson, Melvyn Richardson es a sus 24 años un jugador muy maduro que lleva prácticamente una década en la elite del balonmano.

Melvyn Richardson, defendido por Cédric Sorhaindo

Melvyn Richardson, defendido por Cédric Sorhaindo / EFE

De hecho, en 2014 se proclamó campeón europeo sub’18 tras superar a la España de Aleix Gómez en ‘semis’ (23-24) y a Hungría en la final (33-30) con tres goles en cada partido. Al año siguiente también conquistó el oro en el Mundial sub’19 junto a su nuevo compañero Dika Mem anotando cinco goles en la final ante la Eslovenia de Blaz Janc (26-33).

En 2017 fue bronce en el Europeo junior junto a su nuevo compañero Dika Mem tras caer en ‘semis’ ante una Dinamarca que perdió la final en la prórroga frente a España e imponerse a Alemania en la lucha por la tercera plaza (23-22).

Ese año debutó como internacional absoluto y ya ha vestido en 22 ocasiones una camiseta ‘bleu’ con la que fue bronce en el Europeo de 2019 y con la que en Tokio tratará de emular al menos la plata que conquistó Francia en Río en 2016.