Lituania vive con intensidad el Eurobasket
Todos contra el campeón
El España-Polonia abrirá la participación del largo camino para revalidar el título logrado hace dos años
Manuel Moreno
Once partidos y 19 días de competición. Más que nunca. Media docena de equipos a nivel de medalla. Más de una decena que pueden darle un susto a un partido al más encopetado de los rivales. Casi todos los NBA disponibles porque es bueno jugar ahora ante un escenario inmediato desconocido para ellos. No, no lo va a tener fácil la selección española para revalidar el título. Ni la lituana para dar satisfacción a un país que vive el basket como ningún otro deporte y que tendrá a sus poco más de tres millones de habitantes pendientes de los partidos durante esas casi tres semanas. No será fácil para nadie porque estamos ante el Eurobasket más duro de la historia.
Los seis jugadores NBA (los hermanos Gasol, Rudy Fernández, Ricky Rubio, Calderón e Ibaka) avalan la calidad del equipo de Scariolo, aunque ninguno de ellos está ya acostumbrado a jugarse la vida en cada partido porque allí todo es diferente. Aquí ese será el reto. Ganarse desde el primer día una posición cómoda en los cuartos de final, a los que se llega después de 8 partidos (5 en la primera fase y 3 en la intermedia), lo que quiere decir que se llega con un evidente cansancio. “No hay que quemar a los jugadores desde el principio”, resume el técnico italiano que considera nefasto llegar a la cita al cien por cien de forma. “Hay que ir creciendo partido a partido”, señaló 48 horas antes del debut. Sabe lo que dispone y lo que se va a encontrar.
La selección española llega con muchísimas luces y también con alguna sombra que sólo la competición podrá iluminar. El juego interior es casi insuperable. Los hermanos Gasol e Ibaka -además de un Reyes que aún puede ser muy útil- garantizan el dolor de cabeza para los técnicos rivales, que posiblemente acabarán refugiándose en la zona como último recurso. También asusta la nómina de bases. Calderón, que será el inicial, Ricky y Sada parecen un trío ideal porque se complementan aunque el jugador de Toronto debe demostrar que no se ha contagiado de la monotonía de los Raptors y el de Minnesota viene de muchos meses sin acercarse al nivel que demostró y a la mejora que se le suponía con el paso de los años.
Las dudas están en el alero alto. Va a jugar inicialmente Rudy como `tres¿ en una solución que ya se probó sobradamente en el Mundial con virtudes (el rebote ofensivo entrando desde fuera) y defectos (el marcaje a un tres alto) y que ahora vuelve a ser la gran preocupación. Quizás San Emeterio pueda echar una mano si tiene minutos.
La forma de resolver esas dudas será la clave, más incluso que los rivales, que parecen en general inferiores aunque algunos de ellos son capaces de dar la sorpresa en el partido decisivo. En ese grupo están Serbia -el verdugo del Mundial- Rusia, Turquía, Alemania si Nowitzki está en forma, Francia, quizás Italia en su retorno -aunque sea de carambola por la ampliación- y hasta Grecia. Y un peldaño más arriba se encuentra Lituania, con la que se presume el gran duelo. Con Jasikevicius -más por carisma que por fuerzas- todavía al mando y crecida por un ambiente que se presume asfixiante dentro y fuera de la pista, el anfitrión dibuja un duelo con el campeón, que puede convertirse en lo más atractivo de la cita. El domingo ya tendremos un aperitivo de tanteo de lo que puede ser la final. Pero antes todos -grandes y pequeños- deberán sufrir mucho.
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