Marc Gasol, el héroe de un milagro

El pasado domingo, el pívot de Sant Boi tocó la gloria con el Girona en Fontajau

Hace apenas un año jugaba junto a LeBron James en el Staples Center de los Lakers

Marc Gasol saluda a los aficionados del Bàsquet Girona tras ascender a la Liga Endesa

Marc Gasol saluda a los aficionados del Bàsquet Girona tras ascender a la Liga Endesa / @BasquetGirona

Josep González

Josep González

Septiembre de 2021. Marc Gasol (29 de enero de 1985) deja la NBA, la meca del basket mundial, el Olimpo de la canasta. Atrás quedaban 13 temporadas sudando las camisetas de los Memphis Grizzlies, los Toronto Raptors y Los Angeles Lakers, donde disputaría su último partido en la Liga estadounidense.

Tres veces All Star, Mejor Jugador Defensivo en 2013 y, la guinda, el anillo de campeón en 2019 con Toronto. En su currículum NBA firma 891 partidos, 12.514 puntos (14,0 de promedio), 6.604 rebotes, 1.254 rebotes, 1.254 tapones y 2.996 asistencias. Y una foto histórica para el deporte español en 2015: protagoniza junto a su hermano Pau una imagen para la historia del deporte español al competir en el salto inicial del Partido de las Estrellas celebrado en Brooklyn. 

Sin ‘estrella’ en Los Ángeles

En 2020, el mismísimo Lebron James pidió su fichaje para que luciera los colores púrpura y oro de los Lakers, pero el pívot de Sant Boi ya arrastraba demasiadas batallas en sus 211 centímetros. Excluido del quinteto titular a mitad de temporada, la ilusión con la que aterrizó en Los Ángeles no cumplió con sus expectativas.

Los Lakers lo traspasarían el pasado año a los Grizzlies que, poco después, lo cortarían de su franquicia sin ni siquiera llegar a verlo jugar de nuevo en sus filas y dejándolo libre. Marc disputaría con España, sin demasiada fortuna, los Juegos Olímpicos de Tokio pero su semblante era el de un jugador fundido, exhausto de basket, que necesitaba, solo, tomar aire fresco, volver a disfrutar sobre el parquet y los aros.

Descartada la NBA, su sitio apuntaba, como un año antes había hecho su hermano Pau Gasol, a cerrar el círculo en las filas del Barça. Pero Marc volvía a sorprender. Anunciaba, hablando como presidente del club que preside desde 2014, en una gala en el pabellón de Fontajau rodeado de familiares, amigos y aficionados, que volvía a las pistas para jugar en la LEB Oro con el Bàsquet Girona. Se fichaba a sí mismo.

Buscando la felicidad

“Quiero volver a jugar a lo que más me gusta, que es el baloncesto, más que ser ahora jugador. Quiero ser feliz cada día, quiero ayudar a los compañeros en la pista y hacerles disfrutar a ellos y a la gente”, reconocía sensiblemente emocionado. Cumplidos todos sus sueños, hasta los que nunca imaginó llegaría a hacer realidad cuando siendo una promesa se le cuestionaba por su peso, afrontaba un humilde desafío.

‘Big Marc’ llegaba, el diciembre pasado, a la plantilla de un Bàsquet Girona que andaba perdido en el antepenúltimo lugar de la LEB Oro, con el descenso amenazando y solo 2 victorias de 7. Desde el primer minuto, demostró que aquello no era un capricho, que no venía a pasearse en una Liga lejos de los focos mediáticos. El equipo, bajo su faro, empezó a encadenar triunfos y, peldaño a peldaño, escaló hasta las primeras posiciones, luego a la Final Four y, finalmente, el gran duelo del pasado domingo en Fontajau, en su casa, ante el Estudiantes. 

Marc Gasol llegaba al último combate ante los estudiantiles renqueante, lastrado por una rodilla, pero aun así, con fuerzas para culminar la proeza del Bàsquet Girona de lograr un histórico ascenso a la ACB, a la élite del basket español, y ser MVP de la final. No sabemos si será la última meta de su prodigiosa carrera, pero Marc, a sus 37 años, ha vuelto a sonreír, a ser feliz...