Las dudas vuelven al Palau

La imagen de Pogdorica debe ser desterrada por el Barça

La imagen de Pogdorica debe ser desterrada por el Barça / EUROLEAGUE

Xavi Martínez Olivar

Xavi Martínez Olivar

Mira que iban avisados. Pero los jugadores del Barça Lassa parecieron no asimilar la lección y vieron como el Buducnost les pasaba la mano por la cara en su pista. La evidencia es que tras esta nueva derrota -la segunda consecutiva- el colectivo de Svetislav Pesic aún sigue en zona de play-off en la Euroliga pero con sólo una victoria de ventaja sobre Zalgiris y Bayern Múnich. Y eso con la perspectiva de visitar la próxima semana la pista del Madrid.

Vale para la Euroliga, pero es un mensaje que se puede extender a la Liga Endesa, en la que los azulgrana -a corto plazo- defenderán su liderato ante el Iberostar Tenerife y el Unicaja en Málaga. La evidencia es que el Barça parece no haber extraido conclusiones de anteriores partidos -léase la derrota en Las Palmas en la Euroliga- y se muestra proclive a caer en déficits que ya tendrían que estar desterrados.

De exhibirse ante el Madrid en el Palau (el duelo que sirvió para hacerse con el liderato en la ACB) se pasó a la humillación ante el <strong>Fenerbahçe </strong>en el mismo escenario y a la derrota en Podgorica. Los montengrinos había conseguido doblegar en ese mismo escenario a CSKA y Baskonia anotando una media de un 61% en triples. Pero eso al Barça no le vale de excusa cuando su rival se quedó  en un 29% en esa faceta.

El Buducnost, dentro de sus limitaciones, tuvo suficiente con jugar menos mal que su rival para acabar llevándose el partido. Y es que el Barça a poco podía aspirar -pese a dominar el rebote- con un 6 de 26 en triples y un 6 de 11 en tiros libres. Los azulgrana  jamás pudieron evitar que el rival llevara el duelo al escenario que más le convenía...para acabar ganando.

En un duelo espeso se echó en falta, a nivel global,  la dureza mental y física que exige una competición como la Euroliga. Y a nivel individual que unos cuantos jugadores dieran un paso adelante.  Empezando por los bases y a partir de ahí... Y si la dirección de juego chirría, toda la estructura se resiente. Sólo Hanga y Singleton -éste a nivel reboteador- sobrevivieron y no siempre al descontrol de un duelo, a ratos esperpéntico.

El Barça es mejor que el Buducnost y por eso duele la derrota y de la menera en que se produjo. Un KO que puede acabar pesando en el cómputo global de la competición. Pero por encima de eso, lo preocupante es el perfil plano que exhibió el equipo cuando partidos atrás había mostrado que era capaz de realizar un juego coral. Y nos imaginamos -no hay que ser linces al respecto- que tras el duelo, la broca de Pesic debió ser de órdago.

Otro aspecto es el de las rotaciones. Pesic es partidario de no diversificar demasiado los minutos y sí contar con un núcleo duro de jugadores que lleven el peso de los partidos. Eso tiene sus ventajas -teóricamente todos los integrantes del colectivo tienen claro su rol- pero por otro lado supone un desgaste evidente si hablamos de compatibilizar dos competiciones tan duras como la Euroliga y la Liga Endesa.

El Barça, a día de hoy, tiene 13 fichas séniors. Pero es evidente que jugadores como Ribas y, especialmente, Smits y Pustovyi -dos de las caras nuevas que llegaron el pasado verano- apenas cuentan a la hora de repartir minutos en las rotaciones. Y eso a largo plazo -sólo estamos en diciembre- puede acabar pasando factura.

Terapia de grupo

Svetislav Pesic tendrá que tirar de manual para reconducir a su plantilla sobre la marcha por que, como reconoció Hanga tras el duelo en Pogdorica, “esta es una derrota que hace daño”. Lo malo es que no hay margen de tiempo por que la competición no da tregua ni margen para la reflexión. Los azulgranas deberán ser conscientes de que sin esfuerzo y sin poner los cinco sentidos en la tarea a lo largo de los cuarenta minutos no hay paraíso especialmente enla Euroliga