Brandon Davies, el 'heredero' de Norris

Brandon Davies está maravillando a todos en el Barça

Brandon Davies está maravillando a todos en el Barça / EFE

David Rubio

David Rubio

En el verano de 1986, Audie Norris probó con el Real Madrid, club que terminó desestimando su fichaje y ello motivó que el pívot disputase una segunda campaña en la Benetton de Treviso.

Por fin, Aíto García Reneses aceptó ficharlo por dos temporadas en 1987 a razón de 180.000 dólares por curso y 100.000 de indemnización para el club italiano.

Pese a sus perennes problemas en las rodillas, <strong>Norris se convirtió en un auténtico ídolo del Palau</strong> y fue clave en un equipo en el que coincidió con Epi, Solozabal, Jiménez o Sibilio.

Los reversos, los mates, la intensidad y la potencia mediática del ex de los Blazers de Portland colaboraron de forma decisiva a que aquel Barça conquistase tres Ligas ACB, dos Copas del Rey, una Lliga Catalana y una Copa Príncipe de Asturias. Solo le faltó la Copa de Europa, pese a que disputó dos finales ante la Jugoplastika de Kukoc, Radja y compañía.

Desde su marcha al Peristeri en 1993 (se retiró al siguiente verano), el Barça ha contado con múltiples norteamericanos que no han cuajado en la ‘pintura’ como por ejemplo el decepcionante Rony Seikaly, el ‘positivo’ Amal McCaskill, Samardo Samuels, Joey Dorsey o el lesionado Shane Lawal, nacido en Nigeria y nacionalizado estadounidense. O Dan Godfread, con tanto talento como poca sangre.

Davies, un jugador total

26 años después del adiós de Norris, <strong>la secretaría técnica azulgrana arrebató al Real Madrid el fichaje de Brandon Davies</strong> el pasado verano. De hecho, algunos medios llegaron a informar que el acuerdo del club blanco con el internacional ugandés era un hecho.

Al igual que el de Jackson, Davies no ha llegado directamente desde la NBA (jugó en los Sixers y en los Nets de Brooklyn), sino que ha pasado antes por Chalon, Varese, Monaco y el Zalgiris, donde militó en las dos últimas campañas a las órdenes de Jasikevicius.

Y en apenas dos meses, <strong>el de Filadelfia se ha ganado a una afición ávida de ver a un interior intenso</strong> capaz de lanzarse al suelo a por una pelota, a destrozar el aro o a pedir el apoyo del Palau.

El cuerpo técnico que encabeza Svetislav Pesic está encantado con Davis, quien se muestra tan intenso entrenando como jugando. Incluso a veces asusta la vehemencia con la que se emplea en cada acción.