La claves de una temporada decepcionante del basket blaugrana

La clara derrota del Barça ante el Madrid en la final de la Liga Endesa ha levantado muchas dudas sobre un equipo que fue diseñado para dominar todas las competiciones

El equipo no ha respondido a las expectativas, aunque también hay que señalar al cuerpo técnico, con Saras Jasikevicius a la cabeza

Decepción es la palabra que resume el final de temporada del Barça

Decepción es la palabra que resume el final de temporada del Barça / EFE

Ramon Palomar

Ramon Palomar

El Barça ha cerrado una temporada decepcionante, con regusto a fracaso como definió la estrella del equipo, NIkola Mirotic tras la derrota en la final de la Liga Endesa ante el Madrid.

Una plantilla diseñada para ganarlo todo y la concluye con una solitaria Copa del Rey. Muy poco bagaje para el conjunto de Jasikevicius, con uno de los presupuestos más altos de Europa, y que deja escapar los dos títulos más importantes, como la Euroliga y la Liga Endesa, este último a manos de un equipo al que hacía unos meses todo el mundo daba por muerto. La realidad es que la temporada concluye con ‘inputs’ realmente negativos de la sección blaugrana.

Sin fuerzas

El Barça llegó al momento determinante de la temporada, donde se deciden los títulos, en una mala dinámica, sin la confianza que había demostrado durante muchos meses, y con varios jugadores sin la energía ni la determinación necesaria que se espera de estrellas de ese nivel. Con el equipo de capa caída, Jasikevicius no encontró respuestas en la Final Four donde el Madrid fue mejor en la semifinal, ni tampoco en la final de la Liga Endesa donde los blancos han sido superiores.

Fichajes bajo sospecha

El Barça realizó  incorporaciones que debían acabar de apuntillar la plantilla blaugrana, y dos de ellos han resultado especialmente decepcionantes, como el pívot turco Sertac Sanli y el alero NIgel-Hayes Davis. Laprovittola si que ha resultado productivo aunque no ha sido un gran final de temporada, mientras que el joven Jokubaitis dio un pase al frente durante la lesión de Calathes, pero apenas ha contado en esta fase final. Por el contrario, Sertac Sanli debía aportar defensa e intimidación, pero en ningún caso determinante. NI hablar de Hayes que no tenía el nivel para jugar en el Barça.

Mala mentalidad

El equipo se ha mostrado blando mentalmente, acusando demasiado la responsabilidad cuando ha llegado el momento determinante de la temporada. Este equipo estaba diseñado para ganar la Euroliga y lo hizo bien durante el trayecto de la Fase regular, pero la cosa ya se complicó con el primer cruce de cuartos para descarrilar en la semifinal. En la Liga Endesa, de nuevo el grupo demostró poca fiabilidad, sufriendo mucho ante el Joventut y luego no supo aprovechar la ventaja de pista en la final.  

Mirotic, poco secundado

Mirotic, demasiado solo

Contar con la mayor estrella europea en el equipo azulgrana y no lograr ni la Euroliga ni tampoco la Liga Endesa, solo se puede catalogar como un fracaso. Y es que el montenegrino, si el año pasado estuvo ciertamente irregular, en esta campaña sí se ha mostrado decisivo, pero solo no puede ganar los títulos. Y MIrotic se ha sentido decepcionado porque jugadores que debían arroparlo lo han dado la talla. El propio jugador mostró su frustración tras perder la Liga en Madrid, y reconoció que esta temporada es un fracaso. Veremos cómo afronta la nueva campaña y con los cambios que se avecinan.

Estrellas, pero menos

El Barça ha echado en falta en los últimas semanas la mejor versión de los jugadores que vertebran el equipo como Brandon Davies, Nick Calathes y Cory Higgins. Ninguno de ellos ha estado a la altur en los dos últimos meses de la temporada, especialmente el pívot que parece haberse borrado mentalmente de la final.

Físicamente agotados

El conjunto azulgrana ha llegado a la final de la Liga Endesa totalmente desfondado, incapaz de presentar batalla al Madrid, que se mostró siempre más entero, con más energía y con mayor disposición para luchar por cada balón dividido. Con una intensidad bajo cero, era imposible igualar a los blancos. Se logró la victoria ajustada en el Palau, sacando lo que le quedaba al grupo, pero en Madrid fue imposible. Sin la grada que tirara de ellos, la tarea fue, sencillamente imposible.

La gestión de Saras  

El técnico azulgrana ha querido imprimir al equipo el carácter que siempre tuvo él en la pista, pero no ha podido, simplemente porque él es el que debe sacar el máximo a sus jugadores, y no que la plantilla completa se adecúe a él. Cuando dijo que necesitaba “unos cuantos cabrones”, lo soltó sinceramente aunque fue una falta de respeto a la plantilla que ha repetido en múltiples declaraciones y quizá ha ido degradando la relación con algunos pesos pesados del vestuario. El lituano siempre se ha quitado de encima las culpas aunque ahora también hay que incluirlo como en la lista de los que  no han estado a la altura en momentos clave de la temporada.