Historia SPORT

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Lo que no se vio de la gala del Balón de Oro 2021

No es 'oro' todo lo que reluce, nunca mejor dicho: la organización del evento dejó mucho que desear

Donnarumma se vio hablado con las paredes: su rueda de prensa coincidió con el anuncio de Messi como ganador

La gala del Balón de Oro 2021, desde otro prisma

La gala del Balón de Oro 2021, desde otro prisma / SPORT.es

Toni Juanmartí

Toni Juanmartí

Pocos eventos respiran tanto glamur como la gala del Balón de Oro. Los llamados por muchos 'los Oscars del fútbol' generan una expectación que va más allá de lo estrictamente deportivo. Basta con la alfombra roja para entender que se trata de una noche especial, única. Pero, nunca mejor dicho, no fue oro todo lo que relució este martes en el Théâtre du Châtelet de París. El sentir de los ahí presentes fue unánime: la organización fue un caos. Ésta y varias anécdotas más son la otra cara de una velada que coronó a Messi como mejor del mundo por séptima vez, a Alexia como mejor jugadora del mundo y a Pedri como mejor joven.

El día arrancó con un rumor que se propagó a la velocidad de la luz entre los periodistas: "Lewandowski ha venido con muchos familiares y amigos. Y hay más prensa polaca que nunca", se decía. Esto último lo confirmó la propia organización. ¿Y si el delantero del Bayern se erigía como ganador sorpresa del Balón de Oro? La incertidumbre creció hasta anunciarse los dos premios de nueva creación: uno de ellos, el de mejor delantero del año, sería para el ariete.

LAPORTA-MESSI, SIN CARA A CARA

Lewandowski fue de los primeros en pasar por una alfombra roja que 'cerró' Messi para deleite de los espectadores. Leo había sido aclamado durante todo el día y su aparición provocó el éxtasis. Todos querían una foto de él. Quien no la tuvo, ni tampoco un saludo, fue Joan Laporta. Ya sea porque no hubo tiempo o porque no se buscaron -que cada uno piense lo que quiera-, la realidad es que el presidente azulgrana y el '30' del PSG no limaron asperezas. El propio Laporta lo explicó al término del evento. Sí hubo un afectuoso encuentro entre el rosarino y Pedri. Maestro y alumno dejaron una romántica imagen en su cara a cara en el interior de las instalaciones. Cuánto te echo de menos, pensaría el uno del otro.

UNA VIDEOLLAMADA SURREALISTA

Laporta y Messi, tan cerca y sin embargo, tan lejos. Otros, la frase hecha la aplicaron al revés. Las videollamadas sirven para sentir cerca a alguien que está en la otra parte del mundo y así lo hizo uno de los periodistas acreditados, que hizo coincidir la llegada de Leo con un 'Facetime' a cuatro bandas. Incrédulo al ver la escena, el argentino hasta tuvo el detalle de levantar su pulgar.

La videollamada más surrealista de la alfombra roja

La videollamada más surrealista de la alfombra roja / sport

UN AUTÉNTICO CAOS

No era la primera escena surrealista que se vivía. En el paso de Mbappé por la alfombra roja, dos periodistas estuvieron a punto de llegar a las manos. Como en un saque de esquina, aquello era un surtido de codazos y forcejeos. Que se lo digan a nuestro fotógrafo Valentí Enrich, que vivió una auténtica odisea para poder hacer su trabajo. No fue el único que sufrió complicaciones: los redactores tuvimos que cubrir el evento aglutinados en una sala de prensa en la que ni siquiera había enchufes para conectar los ordenadores. El enfado de los periodistas aún fue mayor cuando los audios y las traducciones empezaron a fallar. Ver para creer.

DONNARUMMA SE QUEDÓ HABLANDO SOLO

Mientras en el teatro la gala seguía su recorrido, por la sala de prensa anexa iban pasando los protagonistas. Gianluigi Donnarumma, elegido portero del año, fue el gran perjudicado por esa simultaneidad. Mientras el meta respondía preguntas, en el teatro se anunciaba a Messi como ganador del Balón de Oro, lo que provocó que la atención de los periodistas se centrara en los monitores y no en el guardameta del PSG, que se vio hablando con las paredes.

RECITAL DE ALEXIA

A quien sí se escuchó sin perder detalle, y hasta con la piel de gallina, fue a Alexia Putellas. La flamante Balón de Oro firmó un emocionante discurso -igual que sobre el escenario- que causó un tremendo impacto entre los periodistas, que dedicaron una sonora ovación a la de Mollet. Fue una sentida escena que contrastaba con la vivida unas horas antes por la expedición azulgrana a su llegada al Théâtre du Châtelet bajo los gritos de "¡Puta Barça, puta Barça, oé!"