La importancia de una buena conducción ante el mal tiempo

Durante el pasado mes de octubre se superó la barrera de las mil víctimas mortales en las carreteras en lo que va de año. Estos números demuestran, una vez más, uno de nuestros puntos más frágiles como sociedad, según muestra la Academia del Transportista (AT). Ante tales datos, no debemos adoptar una actitud pasiva, sino que tenemos que reaccionar, intentando poner remedio a esta fatídica situación en la que nos encontramos. Y es que, ya van 1095 víctimas mortales en este 2017, 34 más que en el mismo período del pasado año. Y esto no termina aquí, pues se espera que estas cifras sigan creciendo a causa, entre otras, del mal tiempo que se prevé para los próximos meses.

Las condiciones climatológicas son uno de los más importantes factores que inciden en los accidentes que se producen en las carreteras. Por ello, con la llegada del mal tiempo durante esta época invernal, es previsible que haya un repunto en el número de víctimas de accidentes de tráfico, ya que estas condiciones se suman a las demás causas más frecuentes de los siniestros como, por ejemplo, la velocidad, el consumo de alcohol y de drogas, las distracciones al volante como el uso del teléfono móvil, el uso inadecuado del cinturón de seguridad, la fatiga, etc.

De hecho, según la Dirección General de Tráfico (DGT), la velocidad inadecuada es la causa de unas 300 muertes al año en la carretera, mientras que el 43% de los conductores fallecidos en 2016 dio positivo en las pruebas de consumo de drogas, alcohol o psicofármacos del INTCF. Además, otro 25% de estos fallecidos no llevaban puesto el cinturón de seguridad en el momento de sufrir el siniestro.

Rafa Soto, responsable de formación de AT, ha señalado la importancia de la conducción segura: "Si nos vemos involucrados en este tipo de situaciones, la formación y pericia del conductor son fundamentales para evitar males mayores, no solo para nosotros, sino para el resto de conductores de la vía. La seguridad vial es cosa de todos". Además, ha añadido que, en caso de encontrarnos con condiciones climatológicas adversas, "en líneas generales la regla que se impone es la prudencia".