Valencia busca compensar con récords ausencia de la carrera popular

Imagen de archivo del Maratón Valencia

Imagen de archivo del Maratón Valencia / FTA

EFE

El Maratón Valencia Trinidad Alfonso EDP celebrará este domingo una agridulce cuarenta edición en la que ha logrado esquivar la suspensión pero en la que las restricciones por el coronavirus le han obligado a renunciar a su esencia popular y a centrarse en la ‘élite’ por lo que espera compensar con algún récord, preferiblemente del mundo pero también de la prueba, esa orfandad.

La suspensión de casi todas las carreras de élite y la necesidad de clasificarse para los Juegos Olímpicos de Tokio ha hecho, según ha explicado estos días la organización, que muchos de los mejores atletas del mundo hayan querido estar en la prueba y que hayan tenido que hacer una selección, de ahí que se aspire a un altísimo nivel. En el maratón habrá unos 220 participantes y en el medio unos 40.

La enorme alteración del guion que ha introducido la COVID 19 ha llevado también a juntar en una misma jornada y en un mismo circuito de 21 kilómetros, aunque con salidas separadas, al maratón, que arrancará a las 8.30 y dará dos vueltas, y el medio maratón, que lo hará media hora antes. Es en esta segunda prueba en la que hay depositadas más esperanzas en cuanto al crono.

En el maratón masculino, la gran atracción es el etíope Birhanu Legese, el único de los participantes que ha roto la barrera de las dos horas y tres minutos. En la categoría femenina sus compatriotas Ruti Aga y Birhane Dibaba han bajado de 2h:19 pero están muy lejos del récord del mundo.

En el medio, hay confianza en que en su debut en la distancia Rhonex Kipruto repita la el récord del mundo que logró este enero también en Valencia en 10K pero también se espera mucho de sus compatriotas Kibiwott Kandie y Stephen Kiprop y del ugandés Jacob Kiplimo. En la categoría femenina las miradas se centran en la etíope Senbere Teferi y en la debutante Genzebe Didaba.

Una de las cuestiones que se ha conseguido mantener es la tradicional llegada sobre el lago de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, una de las imágenes icónicas de los últimos años.Una vez la organización asumió la imposibilidad de celebrar una carrera con treinta mil participantes, tal y como era su deseo para este cuarenta cumpleaños, se decantó por mantener las pruebas con una versión reducida en las que participarán algo menos de trescientos atletas

Otro de los objetivos que busca la prueba es consolidar su reputación organizadora, un reto importante en esta situación sanitaria que ha llevado a establecer un ‘modo burbuja’ con varios controles PCR previos a la llegada de los atletas a la ciudad y nada más llegar a la misma.

Superado ese doble control, los corredores no van a tener contacto estrecho con personas ajenas a esa ‘burbuja’, deberán comer en sus habitaciones de hotel e incluso acudirán a la línea de salida a pie para minimizar riesgos.

Otra de las grandes renuncias a las que ha obligado la situación sanitaria es a la del público, una de las banderas de esta prueba. La organización, que ha puesto en marcha en los últimos años innumerables iniciativas para que hubiera aficionados en todo el recorrido, ha hecho esta vez un reiterado llamamiento a que se siga la carrera por televisión.