Twitter, el 'arma de destrucción masiva' de Donald Trump

Atletismo

Trump saca a relucir toda su inquina a través de twitter / AFP

Carlos R. Galindo

Carlos R. Galindo

A Donald Trump le gusta el deporte. Es una obviedad. Y al presidente de los Estados Unidos le ‘pierde’ twitter. Eso es una constatación que se refleja día a día. La fusión de ambos da como resultado un cocktail explosivo: Trump y Twitter se han convertido en un ‘arma de destrucción masiva’, dada la afición del inquilino de la Casa Blanca a soltar toda la bilis que lleva dentro cada vez que le da por propagar su ideario en 140 caracteres.

Trump la tiene tomada con deportistas a los que vilipendia regularmente hasta llegar al insulto. En los últimos días ha atizado fuerte a LaVar Ball, el padre de uno de los tres jóvenes jugadores de baloncesto de la Universidad de UCLA (California) a los que se auguraba un futuro brillante y que hace pocos días acabaron con sus huesos en la cárcel después de que fueran arrestados en China por hurto.  El dirigente le tildó de ‘Idiota ingrato’ porque cuestionó su papel en la liberación de su hijo, LiAngelo. El mandatario le recordó que intervino personalmente con su homólogo chino, Xi Jinping, para liberarlos.

"No fue la Casa Blanca, ni el Departamento de Estado, ni siquiera los padres de los jugadores detenidos los que evitaron a sus hijos una larga condena en prisión. Fui yo quien lo consiguió”, dijo poco antes de jugar un partido de golf en su casa de Florida donde pasa las vacaciones por el día de Acción de Gracias.

El lunes, la ira presidencial se dirigió contra el jugador Marshawn Lynch, que se sentó mientras sonaba el himno nacional antes de un partido de la Liga de Fútbol Americano. "Qué falta de respeto. La próxima vez , la NFL debería suspenderlo por el resto de temporada", dijo.

La disputa entre Donald Trump y la NFL se inició en septiembre, cuando muchos jugadores eligieron arrodillarse durante el himno estadounidense. La iniciativa fue promovida en el verano de 2016 por el ex mariscal de campo de los 49ers de San Francisco, Colin Kaepernick, que protestó por la muerte de varios ciudadanos negros a disparos de policías blancos.

Inquina impropia de un mandatario

Trump no dudó en calificar de "hijo de puta" a Kaepernick y criticó al responsable de la NFL, Roger Goodell,  por su actitud laxa con los díscolos. El miércoles se burló de la iniciativa de Goodell que propuso que los jugadores ‘rebeldes’ permaneciesen en el vestuario durante el himno. "¡Esa idea es casi tan mala como la de arrodillarse!", escribió.

Donald Trump también ha atacado con dureza a la NBA y, más concretamente, a  uno de sus íconos, Stephen Curry. El líder de los Golden State Warriors dijo a principios de septiembre que rechazaría una posible invitación del presidente a la Casa Blanca para celebrar el título conseguido por ese equipos la pasada temporada.  "Ir a la Casa Blanca se considera un gran honor. Stephen Curry duda, por lo que la invitación se retira ", respondió.

Trump también es acusado de racismo, pues los atletas que son objeto de su ira son, en su gran mayoría, deportistas negros.

En septiembre, el periodista de la cadena de televisión ESPN, Jemele Hill, llamó al presidente "supremacista blanco". La Casa Blanca, indignada, solicitó  infructuosamente su despido.

"El deporte favorito de Donald Trump es atacar a los atletas negros en Twitter", dijo el miércoles Tommy Vietor, ex miembro de la administración Obama.

"LaVar es el Rey de los pobres, pero sin pelo", escribió el miércoles el presidente, en otra invectiva suya digna de patio de colegio.