A por medalla en la política

No hay un deporte en España que haya  generado tantos políticos como el atletismo. Muchos de ellos triunfaron en las pistas y, tras dejar la competición o en los últimos coletazos en ella, decidieron dar el salto a la política.

Ruth Beitia, la campeona olímpica de salto de altura , ha sido el último nombre del mundo del atletismo que a sus 39 años busca nuevas metas en la política. La santanderina, diputada por el Partido Popular desde 2015 en el Parlamento de Cantabria y actual secretaria del Área de Deportes, aspira ahora a ser su presidenta en las elecciones autonómicas de mayo. Un salto, sin duda, vertiginoso y de prestigio como cuando su cuerpo superaba el listón más allá de los 2 metros.

Volviendo la vista atrás, el pionero en competir en la vida política fue el legendario corredor de cross y fondo  Mariano Haro, que tras retirarse fue elegido alcalde de Becerril de Campos (Palencia) en las primeras elecciones tras el franquismo en 1977. Años más tarde, Colomán Trabado,  ilustre corredor de los 800 metros, fue tentado por el PSOE en 1983 siendo presidente del Gobierno Felipe González. Pero el atleta, que acababa de proclamarse campeón de Europa, lo rechazó. “Prefiero conducir un Opel Kadett a un deportivo y dedicar el poco dinero que gano a pagar la hipoteca de un piso”, argumentó entonces, aunque una vez retirado, se incorporó a la política como militante del PP y llegó a ser diputado en la Asamblea de Madrid.

Otras deportistas ‘populares’ fueron Sandra Myers, la exvelocista española de origen estadounidense cuyas marcas en 100, 200 y 400 metros mantienen aún su vigencia, que se vinculó a la política cuando colgó las zapatillas, siendo concejala de Educación por el PP en el ayuntamiento de Salamanca y luego diputada en la Asamblea de Madrid. Carlota Castrejana, campeona de Europa de triple salto, fue Directora de Deportes de la Comunidad de Madrid y también estuvo en el CSD. Niurka Montalvo, campeona del mundo en salto de longitud, asumió el cargo de Secretaria del Deporte de la Generalitat Valenciana de la mano de Francisco Camps, atrapado ahora por la justicia en varias causas por corrupción. Marta Domínguez, reina del fondo  antes de que el doping ensombreciera su brillante carrera, comenzó siendo concejala con el Partido Popular en el ayuntamiento de Palencia y posteriormente senadora. Mayte Martínez, actual plusmarquista nacional de 800 metros y entre las mejores atletas de la historia, es de las pocas que aún se dedica a la política, ejerciendo de concejala en el ayuntamiento de Valladolid, también, cómo no, por el Partido Popular. Y entre todas estas atletas ‘populares’ la plusmarquista de 1.500 Natalia Rodríguez es una de las pocas excepciones que se decantó por los socialistas y vivió una etapa de concejala por el PSC en el ayuntamiento de Tarragona.

“NO VALGO PARA ESTO”

Manolo Martínez, el dominador de lanzamiento de peso en los noventa, tuvo una incursión fugaz en la política siendo concejal en la oposición durante seis meses en León. “No valgo para esto, hay que tener más estómago”, dijo al despedirse. Todo lo contrario que Jesús Ángel García Bragado. El excepcional marchador es un apasionado de la política: comenzó como concejal accidental del PP en Lleida y ahora es el líder de su partido en el ayuntamiento barcelonés de Sant Adrià de Besós. Otro marchador, el barcelonés Daniel Plaza, impulsó muchos proyectos deportivos en los cinco años que estuvo de concejal por el PP en el consistorio de Torrevieja hasta que lo dejó en 2012. Abel Antón, un ilustre de las carreras de fondo y luego campeón mundial en maratón, fue senador del Partido Popular. Otra leyenda del atletismo español, el decatleta Antonio Peñalver, plata en Barcelona 92, desempeñó el cargo de director general de Deportes en  Murcia. Y otro medallista en los Juegos de Barcelona y uno de los mejores atletas españoles de todos los tiempos, Fermín Cacho, fue concejal de Deportes por el PSOE en Andújar, aunque ahora la política es pasado y se dedica a la plantación de algodón y aceitunas.