Historia SPORT

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La 'locura' del melenas desgarbado del barrio

Fernando Carro, durante esta temporada

Fernando Carro, durante esta temporada / SPORTMEDIA

Sergi Capdevila

Sergi Capdevila

Obstáculos. Sería una de las palabras que mejor definiría la carrera y la vida de Fernando Carro. El atleta forjado en el barrio de San Blas-Canillejas, el deportista que persiguió un sueño y que lo ha podido cumplir a base de superar piedras, muros, barreras y cualquier cosa que se le pusiera por delante. Obstáculos. En parte ellos le dieron la posibilidad de colgarse una medalla en una gran competición internacional. Fue el verano pasado, en Berlín. Un ‘melenudo’ desgarbado sorprendía a propios y extraños y ponía patas arriba el Olympiastadion. 

VÍA DE ESCAPE

La historia de por qué comenzó a correr nuestro protagonista no es seguramente la más ‘bucólica’ del planeta atletismo. “Mi hermano mediano falleció en un accidente. Mi otro hermano comenzó a correr para olvidar, como vía de escape, y yo le acompañaba cada día. Él ha sido mi referente”, nos cuenta Fernando. Su padre acaba de jubilarse tras una vida con su camión lejos de casa. “Por suerte, gracias a él siempre hemos tenido un sustento y un plato en la mesa. Esa fue también una de las claves para poder perseguir mi sueño en el atletismo”, rememora Carro. “Siempre estaba fuera y, como decía, me agarré a mi hermano como una figura paternofilial. Él tenía 15 años y yo acababa de salir del cascarón. Lo tenía idealizado”.

UN CACHÉ DISPARADO TRAS LA PLATA EN BERLÍN

El atleta madrileño fue creciendo y forjando un estilo propio, identificable, que lo ha llevado a la cúspide. La plata en el Europeo, a pesar de no variar un ápice su día a día, sí ha signficado un aumento de su ‘caché’ en el momento más oportuno. “Con la jubilación de mi padre ahora soy yo el que echa una mano para acabar de pagar hipotecas y otras obligaciones. Ha sido casi un capricho de la vida que haya coincidido con mi punto álgido, por así decirlo. La plata ha multiplicado por dos, e incluso más, mi remuneración fija, más allá del respaldo de una marca como Nike, que es un golpe encima de la mesa. Eso no existía para mí hasta ahora. He vivido la cara y la cruz del atletismo y sé lo que cuesta”.

Pero si hay algo de lo que saca pecho nuestro atleta de barrio es de sus amigos, sin duda su mayor activo. “Ellos siempre han sido de partidito de fútbol los fines de semana, no son grandes amantes del deporte, pero verles ‘fardar’ de mí en el barrio y respaldarme durante mi carrera es increíble”. Utilizamos su cuenta de twitter @SUBETEALCARRO para preguntarle eso, si mucha gente se ha ‘subido al carro’ con su primer gran éxito internacional: “Es verdad que hay gente que se ha sumado a esta locura. Conecto bastante bien con las personas, pero los que estaban ahí siguen ahí”

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