Justin Gatlin: "En el próximo mitin dejaré caer una bomba"

El atleta estadounidense Justin Gatlin se mostró muy dólido después de que se le vetara en la reunión de Pekín. El velocista cree que se trata de una conspiración contra él aunque admite que nunca se librará de la mancha del dopaje

Justin Gatlin, un velocista controvertido

Justin Gatlin, un velocista controvertido / sport

Carlos R. Galindo

Cuando un furioso Justin abandonó la ciudad de Pekín después de que se le impidiera correr en la reunión atlética, anunció con el rostro desencajado que la próxima vez que salte a una pista "dejaré caer una bomba". Renaldo Nehemiah, su representante, que fue uno de los mejores atletas de su época -tuvo el récord del mundo de los 110 metros vallas- no pudo evitar una sonrisa.

Gatlin dio positivo en dos ocasiones, fue sancionado a ocho años alejado del tartán aunque se le permitió regresar a los cuatro. Sin embargo, el velocista estadounidense de 33 años, no consigue sacudirse de encima la mancha del doble error que cometió. Pese a ello, Gatlin sigue desafiando las leyes de la biofísica y prueba de ello es que el otro día consiguió la mejor marca de su vida en los 100 metros, 9.74. Fue en la reunión de Doha, en Catar. Ese registro volvió a levantar algunas suspicacias entre sus detractores. Algunos miembros de la jerarquia del atletismo consideran que su presencia es una vergüenza para este deporte. El jamaicano Usain Bolt, que pasa por ser el gran icono de este deporte, criticó abiertamente que a sprinters como Gatlin y (Tyson) Gay aún se les permitiera correr.

Nehemiah quiso salir al paso antes de tomar el avión rumbo a los Estados Unidos: "No hay nada que nosotros podamos hacer al respecto. Quienes le critican han logrado su propósito pero eso no hace más que echar leña al fuego y avivar la ira de Gatlin, que se ha propuesto combatir a los escépticos. Él es un hombre que se ha marcado una misión; sabe que tiene una edad y que no le quedan muchas oportunidades más. Por eso, nada le distraerá de su objetivo. Es más, todo lo que ocurre a su alrededor aún le motiva más", dijo.

Nehemiah dijo que se trataba de una "conspiración" contra su atleta: "Las personas que no están dentro de este deporte no son capaces de entender que Justin ya era un fenómeno antes de ser sancionado. El problema fue su entrenador (Trevor Graham) que quiso alcanzar la fama muy rápidamente. Pero hay que darse cuenta que ese parón de cuatro años ha beneficiado a Justin, porque a sus 33 años es como si tuviera el cuerpo de un corredor de 28. Pero sus detractores no cejarán en su empeño y a más pruebas gane, más le séñalarán. El sabe mejor que nadie que su mancha nunca se podrá borrar pero quiere mantener la cabeza en alto, ser fiel a las reglas del juego. Y eso es lo que está haciendo", concluyó.