Condenado un exseleccionador de atletismo por abusos sexuales

Miguel Ángel Millán, en una imagen de archivo

Miguel Ángel Millán, en una imagen de archivo / atletismocanario.es.

EFE

La Audiencia de Santa Cruz de Tenerife ha condenado a 15 años y seis meses de cárcel al exseleccionador nacional de atletismo Miguel Ángel Millán Sagrera, como autor de delitos de abusos sexuales continuados sobre dos jóvenes a los que entrenaba, cuando eran menores de edad, en Tenerife.

La sentencia, notificada este miércoles, dispone además la inhabilitación especial de Millán Sagrera para ejercer su trabajo como entrenador, le prohíbe desarrollar actividades deportivas con menores de edad y le obliga a participar en un programa formativo de orientación sexual.

Asimismo, se le condena al pago de una indemnización a las dos víctimas (en una cuantía aún por establecer en su totalidad) y se declara responsable civil subsdiario de su abono a Club de Atletismo Tenerife Cajacanarias y a la Real Federación Española de Atletismo.

En prisión preventiva desde enero de 2017, Millán fue durante años uno de los entrenadores más prestigiosos del país, al haber preparado a figuras del deporte de la talla de Antonio Peñalver, medalla de plata en los Juegos de Barcelona de 1992, quien declaró durante en su contra durante el juicio para que "no toque a nadie más".

Según el tribunal, el procesado se varía de su cercanía y de las ganas de progresar en el atletismo de los jóvenes, a quienes entrenaba en un club de la isla, para cometer los abusos.

DOS CASOS DISTINTOS

El primer caso se produjo entre los años 2010 y 2011, cuando la víctima contaba entre 13 y 14 años, y el segundo en 2015.

La Audiencia Provincial considera probado que el exseleccionador de Pruebas Combinadas, nacido en 1950 en Lorca (Murcia), se ganó a la confianza de la primera víctima, a la que ilusionó al prometerle que llegaría a ser un gran atleta con él y podrían vivir juntos muchas experiencias.

Cuando el menor se atrevía a contrariarle sexualmente, el entrenador respondía con reacciones de decepción y malestar en el ámbito deportivo hasta que el joven se distanció del todo de Millán en julio de 2012.

La sentencia indica que, siendo ya mayor de edad, en junio de 2017, este joven decidió denunciar los hechos para impedir que el procesado no llevara a cabo hechos como los que él sufrió con otros menores de edad.

Los abusos sexuales le han ocasionado un trastorno emocional compatible con situaciones de maltrato: sentimiento de culpa, vergüenza, secretismo, miedo, síntomas de disociación, enfado hacia el que fue su entrenador de atletismo, ansiedad, síntomas de estrés postraumático y progresión en el relato y retracción.

Sobre la segunda víctima, la sentencia indica que al igual que ocurrió con el primer menor, se ganó su confianza y de nuevo comenzaron los abusos a pesar de "la oposición y repugnancia" que provocaban en el joven.

Cuando este chico se negaba a acceder a sus requerimientos, relata el tribunal, el entrenador le retiraba la palabra y descuidaba su atención como atleta.

El joven denunció los hechos en diciembre de 2017 y reclamó una indemnización por el perjuicio sufrido consistente en unos síntomas ansioso depresivo por el aún recibe tratamiento.

La sentencia señala que los hechos probados contienen una continuidad delictiva y el tribunal afirma que la credibilidad de los jóvenes en sus testimonios "no ofrece duda alguna".

Además en este punto hace referencia a las declaraciones de los testigos, entre otras la de Antonio Peñalver, que confirmaron la forma de actuar de Millán.

El tribunal avala que la denuncia se presentara años después de los hechos, ya que se produce en un momento en el que el ambiente social ha evolucionado de forma profunda y ofrece "cada vez más un mayor amparo y comprensión hacia las víctimas de este tipo de delitos".

Añade que muchas víctimas del entrenador, procedentes de Murcia, se han sentido capaces de declarar ahora, aunque los hechos sucedieron en su casos hace décadas, por la ocasión que les brindaba este procedimiento.

Todos ellos transmitieron al tribunal el sentimiento de culpa que todavía hoy arrastraban y mostraban su agradecimiento por haber dispuesto de la oportunidad "hacer ahora lo que debieron haber hecho entonces", afirma la sentencia. 

A este sentencia cabe interponer recurso ante el Tribunal Superior de Justicia de Canarias.