Chuso celebró sus 50 años en SPORT

Chuso García Bragado cumple este jueves 50 años y lo celebró en SPORT. Tras casi tres décadas como atleta profesional, el madrileño afincado en Catalunya se retirará en los Juegos de Tokio 2020. 

¿Qué significa este medio siglo?

La edad es solo un número. Son muchos años, mucha experiencia y más de media vida. He ido cambiando mi carácter para ser más cercano a los atletas, aunque a veces parezca distante o, como dijo alguno, con fama de desayunar a diario dos niños crudos.

¿Quién le cambió ese carácter tan duro de sus inicios?

La que más se ha empeñado ha sido Montse (su pareja). Además, desde que tengo la política más en segundo plano, la vida me amarga menos y tengo más sentido del humor. 

¿Cómo ha influido Montse en los últimos años de su carrera?

Ha sido un gran aporte. Analiza muy bien la marcha y ha aprendido del mejor, porque estuvo muchos años entrenando con Robert (Korzeniowski) y guarda todos los entrenamientos. Además, después atleta que coge, atleta que mejora, como July Takacs.

¿Y sus padres y sus hijas? 

Mis hijas siempre han sido un motor. Cuando te apetece tirar todo por la borda, pensar en ellas te llena de energía. Mis padres han sido mi modelo, por su forma de ser, su humildad y por su esfuerzo para darnos lo mejor.  

¿Y el doctor Xabier Leibar?

Llevo 25 años con él. Siempre dejó claro que ni nos acercaríamos al dopaje. Si he aguantado tantos años es gracias a que siempre ha querido preservar la salud del deportista. 

¿Cómo se consigue eso?

Pongo un ejemplo. A veces tienes molestias y ahí están los corticoides, pero por suerte mi entorno me ha aconsejado que esos tratamientos a la larga son perjudiciales. 

¿Qué hay de genética y qué hay de trabajo en su carrera?

La genética ayuda mucho. Es un regalo que te dan tus padres, pero como en la parábola, si no haces rendir los talentos no dan sus frutos. Es importante tener unas capacidades psicomotrices, pero sin trabajo se agotan.

¿Se puede pelear con los africanos?

Mira a os estadounidenses o a los hermanos Ingebrigtsen, a quienes algo habrá dado la genética, eso sí (ríe). Los africanos no son mejores porque la naturaleza los haya dotado de genes superiores. Simplemente hay mucho más trabajo y muchísima gente intentando utilizar el atletismo como ascensor. Vemos competir a los mejores después de una gran selección natural. Y en Estados Unidos hay un sistema universitario que estimula al máximo a los deportistas. No hay más secretos. Motivación, un sistema de incentivos y un entorno adecuado.

¿Adrián Ben, Bernat Erta, Adrián BenMaría Vicente y compañía

Sí. Son de otra generación. Traen las ideas muy claras y tienen la gran ventaja de que sus padres vivieron esos tiempos de Barcelona’92 y el entorno los ayuda y los empuja. Y después tiene lo más importante, que es una motivación y una ilusión tremendas.

¿No pierde la motivación?

¿Has visto esos gatitos chinos que nunca paran de mover el brazo? Ese brazo se mueve porque debajo hay una pila. Si le doy un golpecito con el dedo, al final se acabará parando por la inercia, pero si tú tienes cargada esa pila, tendrás motivación.

¿Cómo mantiene activa la pila?

Cada uno tiene que encontrar la forma de mantener siempre cargada esa pila para tener la motivación que nos permita llegar a nuestras metas. Para que no se pare el bracito del muñeco (lanza una mirada cómplice)). Seguro que habrá gente que quiera superarme. Por ejemplo, en Tokio la piragüista Teresa Portela participará en sus sextos Juegos Olímpicos. 

¿Cómo mira a marchadores como Denis Nizhegorodov o Alex Schwazer?

Supongo que su entorno les habrá influido, pero han sido unos tramposos. Es lamentable. Luego se justifican pensando que todos son iguales cuando la realidad es que han cruzado una línea a la que otros ni nos hemos acercado.

¿Entiende que mucha gente lo sitúe como un referente

Me abruma un poco que me vean como un modelo o como alguien excepcional, pero entiendo que personas como yo tenemos que tratar de ser ejemplares en muchos aspectos, porque nos observa mucha gente, sobre todo los jóvenes. Eso no quiere decir que seamos perfectos, faltaría más.

¿Le preocupa cómo cambiará su vida después de la retirada?

Ya no. Hace años quizá un poco sí, pero ahora tengo proyectos interesantes y me siento afortunado. Tendré que acostumbrarme a ser anónimo y, bueno, me tocará trabajar muchos años para jubilarme.

¿Anunciará pronto una sorpresa relacionada con el atletismo?

Quizá no será tanta sorpresa, pero es el camino por el que quería encaminar mi futuro en el atletismo. Me han brindado una posibilidad y no la voy a desaprovechar. El equipo de personas con el que trabajaré hace que el proyecto sea más que estimulante.