Adel Mechaal: sangre, sudor y lágrimas

Atletismo

Mechaal, una carrera marcada por las sombras del dopaje / EFE

Carlos R. Galindo

Carlos R. Galindo

Adel Mechaal. Tetuán. 27 años. El pasado domingo ganó la medalla de plata en el campeonato de Europa de cross y hubo quien quiso provocar una nueva batalla de las banderas. ¡País…! Tiempo atrás se declaró independentista y en Samorin cruzó por línea de meta portando una rojigualda en sus manos. La caspa trató de sacar partido de la imagen y rememoró fechas pasadas, como el 9-N, el 1 de octubre… Incluso se acordaron de Piqué. La vida de este corredor es un camino de espinos pese a que él representa la mejor versión del atletismo español en la actualidad. Cuarto clasificado en 1.500 metros en los Mundiales de Londres 2017, aspira a ganar el oro este próximo verano en la gran cita del año, los Europeos de Berlín. Pese a quien pese...

Nació en Marruecos en 1990 pero creció y se formó en Palamós. Su padre emigró a Catalunya un año después para trabajar en la construcción de las sedes de los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992. Tres años más tarde se reagrupó el resto de la familia. Él apenas tenía cinco años de edad. Primero destacó como futbolista pero después, le atrapó irremisiblemente el atletismo. Le negaron la nacionalización exprés a los 18 años -por ello criticó a Federación y CSD- y hasta los 23 años no debutó con la selección. En 2013 ya corría el 1.500 en 3:36. Por esas fecha, Marruecos le pidió que representara a su país de orígen en los Juegos de Río pero él se negó: “No me jugué la vida viniendo aqui para nada”, dijo.

Tropiezos y más tropiezos

Su carrera deportiva está jalonada por los tropiezos. El primero de ellos tuvo lugar días antes de que se iniciarán las pruebas de atletismo de los Juegos de Río 2016. La IAAF le abrió un expediente que le comunicó horas antes de subirse al avión. No pudo justificar su ausencia en tres controles antidopaje fuera de competición en los 12 meses previos (tres missed tests equivalen a un positivo, esto es, a sufrir una sanción de dos años). Finalmente, la IAAF aceptó la alegación y levantó la cautelar, por lo que pudo viajar y participar. 

Ese caso, sin embargo, no se cerró debidamente y volvió a abrirse poco después, en puertas de los Europeos de cross de Chia (Cerdeña), también en 2016. La IAAF le volvió a suspender provisionalmente. Se repetía la misma historia. De nuevo se quedó en tierra mientras sus compañeros viajaban –él tuvo que hacerlo en solitario horas antes de que empezara la carrera–, otra vez liberado en el último suspiro por la IAAF. El Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS, por su sigla en inglés) confirmó en julio de este mismo año que exoneraba al atleta de toda culpa..

Mechaal dejó su trabajo en el Ayuntamiento de Calonge y pidió una excedencia hasta 2020. Cuando acaben los Juegos de Tokio se incorporará de nuevo al trabajo. En septiembre de 2016 se trasladó a Madrid y empezó a entrenar con Antonio Serrano.