El Atlético se cae "partido a partido"

Los rojiblancos han pasado de ser líderes destacadísimos de la Liga y con opciones en Champions a tener solo un colchón de cuatro puntos y fuera de Europa

El Chelsea mostró todas las costuras de un cuadro rojiblanco impotente que se volvió a ver superado técnica y físicamente

Simeone, durante el Chelsea-Atlético

Simeone, durante el Chelsea-Atlético / AFP

Albert Gracia

Albert Gracia

Por mucho que Simeone se empeñe en quitarle todo el hierro del mundo a la eliminación en Champions y que quiera mirar para otro lado para aferrarse a la Liga, el Atlético se está cayendo en mil pedazos. Partido a partido. Lo de ayer en Stamford Bridge no fue más que la culminación de todos los males que arrastra el cuadro rojiblanco en las últimas semanas.

En lo táctico, en lo mental, en lo físico... La imagen de Luis Suárez saliendo del verde con una sonrisa irónica en su rostro es la imagen de la eliminatoria, la de un jugador cabreado por el cambio, impotente sabiendo que sin él el equipo también estaba condenado a caer.

La impotencia marcó todo el partido de vuelta. Tras un planteamiento rácano en la ida, dejando jugar demasiado a un equipo que no va cojo de talento, los rojiblancos cambiaron de estrategia en el Bridge. Quisieron ir arriba, apretar la salida de balón, forzar los errores atrás 'blues' y plantarse rápidamente en campo rival para activar a los de arriba. Luego, había que ser preciso con balón para encontrar a los Koke, Saúl, Marcos Llorente y compañía.

"El Chelsea iba en moto"

Pero Kanté, Kovacic y Havertz se encargaron de tirar por la borda todos los planes rojiblancos, moviéndose como peces en el agua en el intento de presión colchonero. El Atlético se quedó en un intento. En todos los sentidos. Todo lo contrario que el Chelsea, que fue un huracán de juego, incontenible en la presión y ganador de casi todos los duelos individuales.

Les bastó con una enorme solidez atrás y dos contragolpes de manual. Marcos Llorente acabó 'muerto' mientras Kanté se pegaba una carrera de 80 metros en el 93' para cerrar el partido. Un resumen bestial de lo que fue la eliminatoria. "El Chelsea iba en moto", sentenció Álvaro Benito en el postpartido. Más duro fue Joe Cole, exjugador 'blue': "Es como si el Chelsea jugara contra, sin faltar al respeto, un equipo de la Championship o un equipo de la zona baja de la Premier".

La realidad rojiblanca es que el equipo está fuera de la Champions y que ahora solo le vale centrarse en la Liga, donde el Barça le pisa los talones. El Cholo necesita levantar a los suyos como sea. Y para ello el equipo debe volver a recuperar las señas de identidad que lo hicieron imparable en la primera vuelta del campeonato liguero. Simeone formó un equipo goleador con Suárez en estado de gracia, físicamente envidiable y con la habitual solidez defensiva del libreto cholista. Nadie podía intuir lo que ha llegado en las últimas semanas, donde ahora todo se ha oscurecido.

Dudas rojiblancas

El Atlético ha tenido un denominador común en casi todas sus caídas: echarse atrás y falta de piernas para encarar los tramos finales de los partidos. Y esto ya no va de sistemas, que al fin y al cabo no dejan de ser un número y una formación inicial. Lo cierto es que cuando el equipo rojiblanco se ha echado atrás para mantener resultados y, a priori, conceder menos, es cuando más ha sufrido. Sea con el 3-5-2 o el 4-4-2.

El Celta, la eliminatoria ante el Chelsea, los duelos ante el Levante... El Atlético necesita volver a ser activo antes que reactivo, dominar con la posesión, juntar a sus mejores hombres por dentro y cerca del área rival... Solo así los Suárez, Joao Félix, Correa, Lemar y compañía volverán a ser importantes en el equipo, obligados a participar más sin balón que con balón. El Atlético necesita salir de un estancamiento generalizado en su juego que le está dejando prácticamente sin pegada.

Y luego, claro, necesita recuperarlos física y mentalmente. Las sensaciones que da el Atlético es que se le está haciendo la temporada demasiado larga, con un once tipo que ha jugado muchísimos minutos sin apenas descanso. Ello, sumado a la necesidad de tener que ganar sí o sí después de haber tropezado tantas veces en las últimas semanas. Cualquier caída ahora haría que el Barça dependiera de sí mismo para arrebatarle esta liga. Este fin de semana se miden al Alavés. Deben lamerse las heridas como sea. Los azulgrana se lo miran con ganas de atacar.