El Atleti obliga al Barça a coronarse sobre el césped

Un gol en propia del Valladolid le da la victoria al Atlético

Un gol en propia del Valladolid le da la victoria al Atlético / LALIGA

X. Serrano

Si el Barça quiere ganar la Liga de una vez por todas, deberá hacerlo en el campo. Sin brillantez alguna, el Atlético de Madrid cumplió el expediente ante el Valladolid (1-0) y sumó tres puntos que obligan a los de Ernesto Valverde a derrotar al Levante para cantar el alirón esta jornada. 

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Liga Santander

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Alineaciones
Atlético de Madrid
Oblak; Arias, Savic, Godín, Filipe Luis (Correa, 56'); Koke, Saúl, Thomas (Rodrigo, 46'), Lemar; Morata (Vitolo, 70') y Griezmann.
Real Valladolid
Masip; Javi Moyano (Antoñito, 70'), Joaquín, Calero, Nacho; Óscar Plano (De la Fuente, 80'), Míchel, R. Alcaraz, Waldo (Toni Villa, 63'); Enes Ünal y Sergi Guardiola.

Y eso que la actuación capitalina fue más que discreta. Quizás porque el horario invitaba a la siesta, quizás porque ya apenas le quedan alicientes al curso colchonero. Por una otra razón, el partido fue un sopor absoluto. Y si los colchoneros acabaron venciendo fue debido a un injustificable gol en propia puerta de Joaquín, que cabeceó como el mejor Urzaiz

Hay que reconocer que el Atlético dominó de forma indiscutible, sobre todo antes del descanso. Asentado en terreno rival, a ratos apenas dejaba al Valladolid cruzar la medular. Pero a los colchoneros les faltaba fluidez, chispa en el último tercio de campo. Lentas, previsibles, sus ofensivas topaban una y otra vez contra el muro blanquivioleta. 

Solo Griezmann generó sensación de peligro en dos chispazos aislados. Primero, en un tiro demasiado cruzado a pase de Morata, en uno de los pocos balones que el Atleti logró filtrar por el centro de la tupida zaga pucelena. Poco después, el galo probó a Masip en una falta lejana de efecto envenenado. 

Pero si los de Simeone generaron pocas ocasiones, lo del inocuidad del Valladolid fue superlativa. Dos disparos en los primeros 45 minutos, ambos con Sergi Guardiola como protagonista tras sendos contragolpes. El manacorí estrenó el encuentro con un zurdazo cruzado que obligó al vuelo de Oblak y despidió el acto inicial con una volea precipitada que también se topó con el esloveno. 

Pocas alteraciones trajo consigo la reanudación. El Atleti siguió mandando, al tran-tran, hasta que Joaquín decidió cabecear contra su propio arco ante el desconcierto de Masip. Y entonces sí que los colchoneros se fuero definitivamente a dormir. Acuciado por su situación en la tabla, el Valladolid se fue al ataque con tanto coraje como falta de recursos. Los pucelanos empujaron, reclamaron un penalti y acabaron exigiendo a Oblak. Pero al final, todo fue inútil. Los tres puntos se quedarían en el Wanda.