La victoria del Athletic, una cuestión de fe

El Athletic se llevó los tres puntos ante el Sevilla tras remontar el partido

SPORT.es

Vivió todos los estados posibles el Athletic en 90 minutos. De la apatía y la impotencia a la alegría y satisfacción por la victoria final. Los rojiblancos, un equipo que mostró dos caras totalmente diferentes, empezaron a carburar con la entrada de Muniain en el 68’, el gran protagonista de la remontada ante un Sevilla al que el partido se le hizo muy largo.

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LaLiga Santander

2
1
Alineaciones
Athletic
Unai Simón; Capa, Yeray, Iñigo Martínez, Yuri; Dani García (Muniain, 67'), Zárraga (Unai López, 54'); Morcillo (Sancet, 85'), Raúl García (Villalibre, 54'), Berenguer (Vesga, 67'); y Williams.
Sevilla
Bono; Jesús Navas, Koundé, Diego Carlos, Acuña; Jordan (Óliver Torres, 68'), Fernando (Munir, 88'), Rakitic (Gudelj, 68'); Ocampos, De Jong (Carlos Fernández, 88'), y En-Nesyri (Franco Vázquez, 63').

El atacante activó a sus compañeros y suyo fue el gol del empate, tanto que motivó a un equipo que creyó hasta el final y que acabó llevándose tres puntos que en el primer cuarto de hora de partido parecían imposibles.

Del hastío a la alegría

Solo hubo un equipo en el verde en los primeros minutos: el Sevilla. Los de Lopetegui movían el balón a su antojo ante un Athletic que suficiente tenía con aguantar las acometidas rivales. Nada pudo hacer en el tanto de En-Nesyri, que remató en el primer poste un centro a media altura de Ocampos

El tanto dio paso a unos minutos de zozobra rojiblancos, pero poco a poco los de Garitano le fueron ganando terreno a un Sevilla bien colocado en defensa, en gran parte gracias a un Joan Jordán omnipresente. El balón pasó a ser de los locales, pero sin ningún tipo de profundidad.

Mismo guión en los primeros minutos del segundo periodo, con un cabezazo de De Jong que tuvo que sacar bajo palos Íñigo Martínez. Pero todo cambió con la marcha de Jordan y Rakitic, así como con la entrada de Muniain.

El delantero rojiblanco remató a gol un balón prolongado al segundo palo tras la salida de un córnero, dio fuerzas a un equipo que antes de su ingreso al campo parecía muerto y Sancet, en el primer balón que tocó, obró el milagro.