REAL MADRID
La cara y la cruz del Madrid en Leganés
Güler y Endrick, los dos olvidados de Ancelotti, responden de manera diferente, con el turco negado y el brasileño cumpliendo con su misión de golear

Endrick marcó un gol y Güler no estuvo bien ante el Leganés / Efe
Carlo Ancelotti decidió dar descanso a pesos pesados como Mbappé y Bellingham, que se quedaron en casa, y a Ceballos y Vinicius, en el banquillo. Eso dio la oportunidad de jugar a dos de los olvidados del italiano, Arda Güler y Endrick, que rindieron de manera diferente. El turco fue la cruz, no tuvo su mejor día, y el brasileño, la cara, con un gol y trabajando sin descanso hasta ser cambiado. Ancelotti fue lacónico cuando se refirió a ellos al final del partido: “Güler ha trabajado mucho para el equipo y Endrick ha marcado también”.
Ocho partidos en el banquillo
Era una buena oportunidad para dos futbolistas con los que apenas cuenta el entrenador. El último partido que jugaron de titulares fue en la Copa ante la Deportiva Minera, en el que el turco fue la estrella con una actuación completísimo que adornó con dos goles. Pese a ello, Ancelotti no volvió a confiar en él, con ocho encuentros en el banquillo y tres sin jugar un minuto.
Endrick, por su parte, siguió el mismo trayecto que su compañero, con otros tres partidos sin jugar ni un minuto, pero fue clave en la Copa ante el Celta, al ser el héroe con dos goles saliendo desde el banquillo. Tampoco le sirvió de mucho porque volvió a la casilla de salida, el banquillo, en los siguientes cinco encuentros. El brasileño es el jugador de la primera plantilla que menos minutos lleva disputados salvo Vallejo y el lesionado Alaba.
Voluntad y acierto
Güler no tuvo su mejor tarde en Butarque. Entró poco en juego y cuando lo hizo le faltó acierto. A esto se sumó un Ancelotti alterado por sus desajustes defensivos, al margen de tomar riesgos en jugadas sencillas que no gustan al italiano. No acabó de completar un buen partido, sobre todo en la primera parte, mejorando algo en la continuación hasta que Ancelotti lo sentó para sacar a Ceballos. Suspendió pese a que no dejó nunca de intentarlo, porque si algo tiene es descaro y voluntad.
Endrick cumplió con su labor. Marcó el segundo gol en una jugada que define a un delantero centro, apareciendo en un rechace para mandar el balón al fondo de la red. No es que estuviese muy acertado, pero sí fue un dolor de cabeza para los centrales pepineros por su movilidad, y es que fue de los jugadores que más trabajó. Su gol le acredita en su posición, el quinto que marca en 405 minutos lo que supone uno cada 81’. Un promedio prometedor.