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MERCADO DE FICHAJES

Bellingham ya lo predijo hace cinco años

Jude Bellingham fichó por el Borussia Dortmund en 2020

Jobe Bellingham, en la presentación de Jude con el Dortmund

Jobe Bellingham, en la presentación de Jude con el Dortmund / @primevideosport

SPORT.es

Cinco años después de una apuesta que terminó siendo histórica, el Borussia Dortmund vuelve a pescar en la misma familia. El club alemán ha cerrado el fichaje de Jobe Bellingham, hermano menor de Jude, por 33 millones de euros más 5 en variables, repitiendo prácticamente la misma fórmula que le permitió lanzar al estrellato a uno de los grandes talentos del fútbol europeo. La historia se repite… ¿con el mismo final?

En 2020, el Dortmund sorprendía al llevarse a Jude Bellingham del Birmingham City por 25 millones, en lo que entonces fue una venta récord para el modesto club inglés. Lo que vino después fue una explosión futbolística que puso al joven centrocampista en el radar de toda Europa. En apenas tres temporadas, Jude no solo maduró en la Bundesliga: se convirtió en un líder, en un ídolo y en uno de los traspasos más rentables de la historia reciente del fútbol alemán. El Real Madrid pagó 103 millones por él, dejando en Dortmund un beneficio de 78 millones.

Ahora, con Jobe, el Dortmund vuelve a intentarlo. El menor de los Bellingham, de 19 años, llega tras una buena temporada en el Sunderland, donde mostró su versatilidad y capacidad para jugar en distintas posiciones del centro del campo y el ataque. Aunque todavía está lejos del impacto que generó su hermano a su misma edad, el potencial está ahí, y eso es justo lo que Dortmund sabe trabajar mejor que nadie.

La operación responde al perfil clásico del club alemán: captar jóvenes talentos con margen de mejora, darles minutos, desarrollar su juego y, eventualmente, venderlos con grandes beneficios. Es un modelo deportivo y económico que ha funcionado con nombres como Dembélé, Haaland o el propio Jude Bellingham.

¿Será Jobe la nueva joya pulida en el Signal Iduna Park? La apuesta está hecha. El tiempo, y el campo, tendrán la última palabra.