⁠⁠Luis Enrique-Messi, el reencuentro

El caprichoso fútbol ha decidido que, en el Mundial de Clubes, donde los mejores equipos del planeta se ven las caras, se produzca uno de esos cruces que por historia y repercusión pueden detener el mundo durante 90 minutos. El Paris Saint-Germain de Luis Enrique, actual campeón de Europa, se verá las caras en los octavos de final del torneo con el Inter Miami de Lionel Messi. Y lo harán como rivales después de haber vivido una época en el FC Barcelona llena de éxitos, aunque también de enfrentamientos que estuvieron a punto de hacer saltar el equipo por los aires.

Ahora, en el nuevo torneo internacional de la FIFA, los franceses llegan con la etiqueta de favoritos tras haber conseguido todos los títulos en esta temporada, mientras que los estadounidenses tratarán de dar la sorpresa. Según las apuestas de Betfair, la probabilidad implícita de que el PSG sea el próximo campeón es del 28,57%, la más alta de todos los candidatos.

Un inicio complicado

El reencuentro de Luis Enrique con Leo Messi, Jordi Alba, Luis Suárez y Sergio Busquets, quienes forman parte de la plantilla del Inter Miami, se produce después de haber cruzado sus caminos por primera vez en la Ciudad Condal, cuando el técnico asturiano asumió el cargo de entrenador del conjunto azulgrana. Siendo un entrenador conocido por su intensidad y por imponer su jerarquía en el vestuario desde el minuto uno, su llegada supuso cambios en la estructura del equipo, tanto tácticos como en dinámicas de vestuario.

En este sentido, ese liderazgo de Luis Enrique chocó de frente con el rol en el equipo de Leo Messi, quien encabezaba el vestuario como la gran estrella y el referente de la plantilla. La tensión entre ambos comenzó a gestarse en silencio, poco a poco y tras varios partidos. La gota que colmó el vaso fue la primera derrota en Liga del equipo, que se dio frente al Celta de Vigo. En aquella ocasión, el argentino le habría recriminado a su entrenador que no hubiese alineado a los jugadores que más favorecían su fútbol, mientras que el asturiano se habría cerrado en banda a dicha petición.

Tras aquel primer episodio, la relación entre ambos se deterioró aún más y en enero de 2015, en la visita del conjunto azulgrana a Anoeta para medirse a la Real Sociedad, Leo Messi fue relegado al banquillo. La decisión de dejar al argentino en el banco generó una gran polémica y todos los focos se pusieron en un entrenador que parecía estar perdiendo las riendas del equipo.

Los títulos a pesar del enfrentamiento

Sin embargo, los resultados deportivos empezaron a cambiar. El entendimiento entre Messi, Neymar y Suárez se convirtió en el principal argumento ofensivo del equipo de Luis Enrique, y el liderazgo de Sergio Busquets en el centro del campo y el rendimiento de Jordi Alba lideraron al Barcelona. Luis Enrique, sin renunciar a su autoridad, moldeó su gestión y a sus pupilos y el grupo encontró el equilibrio necesario que los llevó a firmar una de las temporadas más exitosas de su historia, finalizando como campeón de LaLiga, levantando el título de la Copa del Rey tras superar al Athletic Club por 3-1, y el de la UEFA Champions League tras vencer a la Juventus por 1-3 en Berlín.

Nuevos retos para ambos

Si bien pudieron coincidir en el Paris Saint-Germain en 2023 cuando Luis Enrique firmó por el club en julio de aquel año, Leo Messi ya había abandonado en junio la entidad. Ahora, tras años sin verse las caras, este Mundial de Clubes es la oportunidad perfecta para el reencuentro entre dos viejos rockeros del cuadro azulgrana. Ahora Luis Enrique lidera el proyecto del PSG desde el banquillo tras haber sido seleccionador español, y esta temporada ha logrado levantar todos los títulos posibles, dándole incluso la primera Champions de su historia al conjunto parisino. Por su parte, Leo Messi es el líder del Inter Miami, que cuenta con otras grandes estrellas pero que con él en el campo el equipo funciona mejor. Tras haber superado ambos la fase de grupos, el PSG como líder con dos victorias y una derrota y el Inter Miami con una victoria y dos empates, los octavos de final serán la prueba de fuego para ambos en su lucha por el título.