Un campeón forjado en la hostilidad

El FC Barcelona ha cerrado una temporada memorable al proclamarse campeón de LaLiga con una contundente victoria por 0-3 ante el Athletic Club en San Mamés (ya sin nada en juego más allá del pasillo previo), en un partido que sintetiza muchas de las virtudes que lo han llevado a lo más alto: solidez defensiva, eficacia ofensiva y un rendimiento implacable como visitante.

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El equipo dirigido por Hansi Flick no solo ha conquistado el título con autoridad, sino que ha inscrito su nombre en la historia de la competición por un dato muy poco habitual. Contando siempre tres puntos por victoria, el Barça se ha convertido esta campaña en el segundo campeón de LaLiga que ha sumado más puntos fuera de casa que en su propio estadio: 2 puntos más como visitante. Solo el Real Madrid de la temporada 2016/17 había logrado algo similar (+1), lo que subraya la excepcionalidad de lo conseguido por los azulgranas.

El último triunfo en Bilbao fue más que simbólico: fue una confirmación del estilo y carácter que ha forjado este campeonato. Con goles de Lewandowski y Dani Olmo, el Barça no solo doblegó a uno de los rivales más exigentes de la categoría, sino que alcanzó los 88 puntos en la tabla, firmando una de las campañas más sólidas de los últimos años.

Este título no solo devuelve la sonrisa al barcelonismo, sino que traza una hoja de ruta clara hacia el futuro: un equipo joven, competitivo, y que, como ha demostrado este año, sabe ganar donde más cuesta: fuera de casa. Sello inconfundible de Flick.