Media Premier en juego en el 'nuevo clásico'

Primero y segundo frente a frente. El partido que puede sentenciar la Premier. El duelo que mide al campeón de la Premier con el de Europa. ¿Se puede pedir algún aliciente más?

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çPorque sí, se repite la final de la Champions. Un duelo cada vez más gigantesco, colosal. Un nuevo clásico entre equipos ricos con propiedades poderosas: el Chelsea de Abramovich y el City de Mansour bin Zayed. Dos megaproyectos que van a dirimir si aún hay Premier o esto es el fin. Una victoria de los de Guardiola prácticamente sentencia el título; si ganan los de Tuchel, la esperanza de que se apriete la tabla hasta final de temporada puede seguir ahí.

Las Navidades han disparado al City, el equipo más en forma de Inglaterra. Aparte de ser el equipo más rodado del campeonato, el que más tiempo lleva trabajando sobre una misma idea, las piezas encajan como nunca. Rúben Dias mejoró toda la zaga, Cancelo está al nivel de los mejores laterales -sea por la derecha o por la izquierda-, Rodrigo por fin gobierna el mediocampo, el reino de mediapuntas que comanda De Bruyne inventa el fútbol y cualquiera que se acerque al área hace los goles que haría ese delantero centro que aparentemente le falta a la plantilla 'citizen'. En el City es difícil pronostica un goleador porque todos marcan. Mahrez está en la Copa de África esta vez, eso sí es cierto.

El City, sobresaliente

El City ha alcanzado la excelencia, efectivamente, y es el equipo más regular de la Premier. Siempre está por encima del 7, es muy difícil que baje. Este curso ha subido esa nota medias hasta un 9. Meterle mano es francamente difícil. La única noticia positiva para sus perseguidores es que el margen de mejora de ellos respecto a los de Guardiola es mayor. El Chelsea es un buen ejemplo. Está mucho mejor que el año pasado a estas alturas, y eso que ha vivido una verdadero infierno con las lesiones y el COVID. Tuchel ha hecho encaje de bolillos en muchos partidos. Algunos salieron bien, otros no tanto, pero esa zona oscura parece ya atravesada.

Ahí están las dos victorias ante el Tottenham en las semifinales de Carabao Cup para confirmarlo. Dos victorias de las de antes, con partidos cerrados y porterías a cero. Entre las diferencias con respecto a entonces está ahora la ausencia de Edouard Mendy en la portería. El senegalés, convocado para la CAN con su selección, ha dejado su hueco a Kepa, que curiosamente parece mejor portero ahora que lleva un año de suplente que cuando era titular.

Contra viento y marea

Otra montaña que ha conseguido escalar Tuchel es la de Lukaku. El belga echó un pulso al técnico germano y al club con su entrevista a final de año en la que insinuaba querer marcharse. Tuchel gestionó bien el tema. Logró hacerle rectificar, lo volvió a meter en la dinámica del equipo y afronta el final de temporada con su delantero estrella arrepentido y con ganas de reivindicarse donde debe, sobre el césped. Hay varios desafíos que aún se le presentan en ese sentido. Ziyech, Pulisic, Saúl... Hay varios jugadores que deben sumarse a la ola para que el Chelsea surfee el final de temporada tan bien como el anterior.

Lo mismo pasa con las renovaciones. No es bueno llegar al límite de los contratos sin renovar en un sector tan importante como la defensa. Ni Rüdiger ni Christiansen ni Azpilicueta han sellado su ampliación todavía, como si dudaran de que el proyecto de Tuchel pudiera durar más que el exitoso primer año que ha protagonizado el alemán. Todo lo contrario que ocurre con Guardiola. Los jugadores no sólo creen en él, sino que además llevan al extremo sus pensamientos. Por eso el City parece una máquina perfectamente engrasada en estos momentos, porque respira y siente la igual que respira y siento su entrenador en el banquillo.