Mbappé y el Real Madrid: El fracaso (difícil de entender) de Tito Floren

El club blanco no pudo hacerse con la joya del mercado, aunque su presidente lo intentó hasta el último día. Ni el escudo ni el dinero fueron suficientes para un Al-Khelaifi que, de momento, parece haberle ganado la partida a Florentino Pérez.

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La que apuntaba a ser la jugada maestra de Florentino se quedó poco en maestra y mucho en jugada. Porque el presidente del Real Madrid puso toda la carne en el asador para traer a Mbappé, pero su táctica, que sí le había funcionando en otras ocasiones, pasó esta vez desapercibida. No para los madridistas, los medios ni el propio futbolista galo; pero sí para quien de verdad tenía la última palabra en este asunto.

Pérez confundió a propios y extraños cuando a menos de una semana para el cierre del mercado presentó una primera oferta al PSG. Al-Khelaifi, que había por fin logrado su deseo de reunir a Messi, Neymar y Mbappé, hizo oídos sordos. La intención del catarí era cualquiera menos deshacer su tridente mágico. Y menos con la L1 empezada y el sueño de los parisinos más vivo que nunca.

Cuentan que el mandatario blanco insistió. Subió su oferta. Las horas apremiaban y, aunque en Madrid se llegó a dar por hecha la contratación, ahora hemos sabido que la respuesta desde Catar fue la misma o parecida. Florentino, que llevaba tres años esperando al ariete del PSG, había entrado en un repentino pánico del que estamos seguros pensaba que iba a salir victorioso. Por eso se metió en este embrollo. Estaba convencido de que la palabra de Mbappé valdría más que la Al-Khelaifi. Pero no fue así.

El presidente del Real Madrid ha quedado expuesto. No solo ha ido bajando el nivel de su plantilla en los últimos años sino que ha demostrado carecer del poder del que ha hecho gala en otras ocasiones. Además, está lo de la Superliga. El ridículo de Tito Floren fue entonces espantoso, como el de los audios. Y, aunque su credibilidad parecía recuperada cuando hace tres días se especulaba con el dorsal que luciría Kylian en el Real Madrid, la jugada de un Al-Khelaifi que compra pero no vende le ha estallado en la cara.