El Inter vuelve a ser la gran esperanza del Real Madrid

Los italianos se miden al Barça en semifinales de la Champions, como en 2010, cuando el equipo entonces de Mourinho eliminó al mejor Barça de Guardiola

José Mourinho tuvo sus más y sus menos con Valdés aquella noche de 2010

José Mourinho tuvo sus más y sus menos con Valdés aquella noche de 2010 / EFE

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El mundo del fútbol traza alianzas extrañas. A veces históricas. La del Real Madrid con el Inter de Milán surgió en 2010. En aquel entonces el fútbol mundial tenía un rey trino: Messi, Guardiola y el Barça conformaban una suerte de deidad futbolera dispuesta a repetir el sextete que, un curso antes, en la temporada 2008-2009, había dejado abierto al planeta entero. Era la primera vez que sucedía. Y los culés amenazaban con lograrlo otra vez. Pero entonces aparecieron ellos. El Inter. José Mourinho.

El entrenador portugués dirigía entonces a los neroazurri y consiguió frenar al Barça histórico con un fútbol made in The Special One (duro, directo, a veces más catenaccio que el catenaccio), pero también ayudado por un acontecimiento histórico. Un volcán islandés (su nombre es Eyjafjallajökull, búsquenlo en Google, verán que es cierto) entró en erupción, llenó de cenizas buena parte del espacio aéreo europeo e impidió viajar en avión a un Barça que tuvo que coger el bus y hacer los 1.009 kilometros que separan Barcelona de Milán.

La machada de Mou para acabar en Madrid

Aquello, dicen los propios jugadores cules, afectó a su rendimiento en el partido de ida de las semifinales de aquella Champions, que perdieron 3-1. En la vuelta, el Barça logró ganar 1-0 y se quedó a un tanto (entonces los goles fuera de casa valían doble) de jugar la final que, para más morbo, se disputaba en el Bernabéu. Los culés soñaban con ganarla en el campo del eterno rival, pero Mourinho y su Inter lo evitaron en una eliminatoria que fue clave para que el Real Madrid decidiera firmar al de Setúbal al final de aquel curso. Pagaron 8 millones de euros al Inter para incorporarlo a filas. Ocurre que ahora los paralelismos se reproducen en algunos detalles incluso con sorprendente coincidencia.

El portugués Jose Mourinho, entrenador del Fenerbahce

El portugués Jose Mourinho, entrenador del Fenerbahce / EFE

Porque el fútbol ha querido que, 15 años más tarde, el equipo azulgrana vuelva a cruzarse en semifinales con un Inter que, de nuevo, puede ser salvación para el Real Madrid. Los vasos comunicantes que unen a ambos equipos dicen que, si el Barça no gana la Champions, el Real Madrid respira más aliviado. Algo que podría suceder si, como en aquella ocasión, contra pronóstico, el Barça, contra pronóstico, cae en esta ronda.

Un Barça de nuevo favorito a todo

Los culés son, según las apuestas de Betfair, favoritos a ganar el torneo con una probabilidad implícita del 33%. También lo son a pasar esta ronda frente al Inter. El Barça tiene una probabilidad implícita de pasar del 69%, muy por delante de los italianos que, de pasar, podrían dar la campanada, eso sí, ayudados por el calendario y quien sabe si por imponderables ajenos al fútbol. Los culés tienen la eliminatoria ‘corta’ (sólo 6 días entre partido y partido) y llegarán después de que un suceso histórico como el apagón de luz que afectó a toda España haya marcado la actualidad previa al partido. En esta ocasión no condicionará (salvo sorpresa) el desplazamiento del equipo que juega fuera de casa, pero sí marca una llamativa coincidencia frente a aquella eliminatoria de 2010 plagada de momentos, especialmente llamativos los del partido que se disputó en Barcelona.

Los aspersores y el título en Madrid

Aquel duelo estuvo marcado por las escenas de Mourinho colándose en una charla con Guardiola e Ibrahimovic, su ex jugador, y (sobre todo) por las carreras de ‘The Special One’ por el césped del Camp Nou mientras el Barça activaba los aspersores para evitar la fiesta italiana sobre el verde catalán. Aquel Inter, por cierto, logró la Champions después de vencer en el Bernabéu al Inter en un partido en el que los italianos fueron superiores al Bayern de Múnich y cerraron una temporada histórica, triplete incluido que casi acabó en sextete de no ser porque Rafa Benítez perdió la Supercopa de Europa a manos del Atlético de Madrid. Memorias de una época que marcaron a los neroazurri y también al Real Madrid. Que se repita aquel resultado depende de ingredientes diferentes, pero con ciertas coincidencias. El mundo del fútbol traza alianzas extrañas. 

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