Everton vs Arsenal: Rafa, no tenías por qué

Arteta puede dar la puntilla definitiva a Benítez. Dos técnicos españoles, dos entrenadores de generaciones diferentes, sumidos en problemas de los que el vasco parece haber podido salir...

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Hay decisiones en la vida que a uno le marcan. La de Benítez fichando por el Everton cambió para siempre su etiqueta de ídolo de la afición del Liverpool y le convirtió enseguida en villano. No tenía necesidad Rafa de manchar así su honor como leyenda 'red'. Pero la situación económica y social en China era inestable, y la opción de regresar a la Premier sedujo a un técnico que después de muchos años ha echado sus raíces en Reino Unido. Ahora, pasados sólo unos meses, está en la cuerda floja y se juega buena parte de su futuro ante el Arsenal.

El Everton engatusa mucho. Es un equipo con un enorme margen de mejora, pero no termina de dar el paso al frente. Tampoco con Benítez. En realidad, con nadie desde que se fuera David Moyes. En esta tesitura amarga, con Benítez al borde del despido y tras haber sido vapuleado recientemente por 'su' Liverpool, los 'toffees' reciben al Arsenal de Mikel Arteta. El vasco puede ofrecer un clínic de lo que es sufrir en un banquillo que ama. Empezó fuerte ganando dos títulos (FA Cup y Community Shield), pero la campaña pasada flirteó con el despido tras una temporada horrible en la que ni siquiera pudieron clasificarse para competiciones europeas.

¿Y Odegaard?

Han cambiado las cosas por el Emirates. Algunos fichajes de perfil medio -Ramsdale, Tomiyasu, White, Tavares...- están teniendo un buen rendimiento. No es el Arsenal de los Invencibles, pero al menos es un Arsenal entre los seis primeros de la Premier. Perdió en Old Trafford hace unos días, aunque dio la talla. Es fuera de casa donde está el margen de crecimiento para los 'gunners'. Vienen de caer consecutivamente en el estadio del United y anteriormente en Anfield, dos coliseos en los que se vio que el equipo aún está verde para las grandes gestas.

A Arteta le guía en esta buena temporada un joven repleto de talento llamado Smith-Rowe. El canterano ha asumido el papel que se le presuponía a Odegaard, tibio como de costumbre. El noruego ha pasado por el banquillo recientemente y enseguida se ha hecho un asunto de Estado en torno a él. No hay más argumento que el de Smith-Rowe mejorándole en todas las facetas del juego, tanto estadísticas como no, para justificar la decisión de Arteta: aporta más que Odegaard.

Del Everton se podría escribir un libro sobre por qué el equipo no es competitivo. Para empezar, no es lo rígido que se esperaba con Benítez (hasta su último Newcastle, sumido en la zona baja, defendía mejor). Otros dos nombres no dan la talla por unas cosas o por otras: Calvert-Lewin y Richarlison. La falta de gol y las lesiones han lastrado a los dos futbolistas que deberían marcar la diferencia. Queda el protagonismo en manos de actores secundarios como Gray o Townsend. Menos de lo que le gustaría a Benítez, a quien le vendieron un sueño con el que volver a triunfar y que poco a poco se va convirtiendo en tragedia.