Y ahora... ¿dónde podrá jugar Djokovic?

El futuro del serbio está en entredicho, con la entrada a muchos torneos vetada por su estado de no vacunado

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La pesadilla de Novak Djokovic no ha acabado. Todo lo contrario, solo acaba de empezar. A la deportación que ha sufrido en Australia se suma ahora el portazo del Gobierno francés, que no le permitirá jugar en Roland Garros.

El serbio tampodo podrá defender su título en París por su decisión de no estar vacunado. Solo los jugadores con la pauta completa podrán jugar el torneo de tierra batida. No habrá excepciones. Esto compromete las opciones de Djokovic de convertirse en el mejor de la historia y de superar a Roger Federer y Rafael Nadal, con los que está empatado a 20 Grand Slams.

¿Sin Grand Slams?

Y es que es seria la amenaza que sufre Djokovic, ya que actualmente no puede jugar en París, Melbourne y Nueva York. El Abierto de los Estados Unidos ha sido el más claro con él y dijo desde el principio que los tenistas que no estén vacunados no podrán cruzar su frontera. Al de Belgrado solo le queda Wimbledon y es que el Reino Unido no complicará su entrada al país. Los no vacunados pueden acceder al Reino Unido siempre y cuando guarden una cuarentena de diez días y se hagan tres PCR, una antes de aterrizar, otra al segundo día y una más al octavo. Eso sí, Djokovic podría recortar este confinamiento con una PCR extra el quinto día.

El único problema que se le presentaría es que no podría entrenar durante cinco días, en la que es la transición más dura del circuito, la que se produce entre la tierra batida y la hierba, y para la que apenas se cuenta con tres semanas. Aunque, al no poder jugar Roland Garros, el serbio tendría tiempo de sobra para probarse en pasto.

Fuera de los Grand Slams, ¿qué le queda a Djokovic? No podrá jugar los dos primeros Masters 1.000 de la temporada, en Indian Wells y Miami, así como en Cincinnati, en verano. Es posible que su reaparición se produzca en Doha o Dubai a finales de febrero, pero luego su calendario es una incertidumbre.

Aun así, para evitar todos estos problemas, Djokovic tiene la solución en la palma de su mano. Si se vacuna, como el 97 % de los 100 mejores tenistas del mundo, podrá acceder a todos los torneos. Sus convicciones, sin embargo, hacen que esto sea prácticamente imposible.