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Sociedad

Viajan a Marruecos y advierten a quienes quieren viajar a este país: "Ten mucho cuidado con esto"

Viajar a Marruecos requiere una mentalidad abierta y, sobre todo, una buena dosis de planificación y respeto por unas costumbres y códigos sociales muy diferentes a los occidentales

La advertencia de esta turista española que viajó a Marruecos.

La advertencia de esta turista española que viajó a Marruecos. / SPORT

Alexandra Costa

A pesar de que tan solo 15 kilómetros de mar separan las costas de España y Marruecos, cruzar el Estrecho de Gibraltar supone un salto cultural de una magnitud inmensa. Este contraste es, precisamente, uno de los grandes atractivos que cada año impulsa a casi dos millones de turistas españoles a visitar el país vecino.

Marruecos ofrece un universo sensorial completamente distinto: desde el bullicio de los zocos de Marrakech hasta la inmensidad silenciosa del desierto del Sahara, pasando por el encanto de sus ciudades imperiales y la belleza de sus paisajes montañosos.

Es la promesa de una experiencia exótica y enriquecedora sin la necesidad de un viaje transoceánico. Sin embargo, esta proximidad geográfica puede generar una falsa sensación de familiaridad. Viajar a Marruecos requiere una mentalidad abierta y, sobre todo, una buena dosis de planificación y respeto por unas costumbres y códigos sociales muy diferentes a los occidentales.

Son muchas las dudas que asaltan al viajero primerizo: desde la logística del transporte y el alojamiento hasta, y más importante, las normas de comportamiento que garantizarán una estancia segura y respetuosa. Ignorar estas particularidades puede transformar un viaje soñado en una experiencia llena de malentendidos o, en el peor de los casos, de conflictos innecesarios.

"Cuidado con las fotos": el celo por la intimidad que debes respetar

Una de las advertencias más importantes y recurrentes, que a menudo se pasa por alto, tiene que ver con un gesto que en nuestra cultura es completamente cotidiano: hacer fotografías. Una tiktoker española compartió recientemente una experiencia que ilustra a la perfección este choque cultural.

Ya le habían advertido sobre la sensibilidad local respecto a fotografiar a la gente, pero el incidente superó sus expectativas. Mientras se encontraba en un zoco, quedó maravillada por una tienda cuyo techo estaba completamente cubierto de telas de colores. Su intención no era retratar a ninguna persona, sino capturar la belleza de la escena.

En el momento en que ella y su amiga levantaron el móvil, un hombre apareció de la nada y las confrontó de manera tajante: "¿Quieres problemas?". La situación, desconcertante y tensa, sirve como una advertencia clave.

Este recelo no es un acto de hostilidad hacia el turista, sino una manifestación de un profundo valor cultural: el celo por la intimidad personal y familiar. Para muchos marroquíes, ser fotografiados sin su consentimiento explícito es una intrusión grave.

Por lo tanto, intentar robar una foto, aunque sea de un puesto en un mercado, puede ser interpretado como una falta de respeto y derivar en un conflicto. La recomendación es clara: si deseas fotografiar a alguien o su propiedad, siempre debes pedir permiso primero.

Un acercamiento amable, una sonrisa y enseñar la cámara suelen ser suficientes para recibir una respuesta positiva o, al menos, una negativa educada que debe ser respetada sin insistir.

Más allá de las costumbres: recomendaciones oficiales de seguridad

Además de estas normas de convivencia cultural, es fundamental tener en cuenta las recomendaciones de seguridad emitidas por organismos oficiales como el Ministerio de Asuntos Exteriores de España. Si bien Marruecos es considerado un país generalmente seguro para el viajero, no se debe bajar la guardia.

La situación de inestabilidad en la vecina región del Sahel hace que no se pueda descartar por completo el riesgo de algún tipo de agresión terrorista, especialmente contra intereses o ciudadanos occidentales en lugares públicos como mercados o zonas rurales aisladas.

En las grandes ciudades y áreas turísticas, la principal preocupación es la delincuencia común. Hay que prestar especial atención a los robos por descuido y a los tirones. Asimismo, se han registrado casos de robos con violencia, en ocasiones con uso de armas blancas, por lo que se debe extremar la precaución, sobre todo al anochecer o en zonas poco transitadas.

Las autoridades aconsejan evitar compañías accidentales de desconocidos que puedan ofrecer ayuda o guía de forma insistente. Para explorar las ciudades, lo más sensato y seguro es recurrir a los servicios de guías oficiales registrados, que no solo enriquecerán la visita con su conocimiento, sino que también proporcionarán una capa extra de seguridad y tranquilidad durante todo el viaje.

Vía: El Periódico