Sucesión en la Iglesia

Cuándo se sabrá la elección del nuevo Papa: Fechas clave hasta la fumata blanca

El protocolo de elección del nuevo Pontífice marca unas directrices muy claras pero deja la puerta abierta a que la elección se alargue lo que sea necesario

La fumata blanca que anunciaba la elección de Francisco I como nuevo papa, en 2013.

La fumata blanca que anunciaba la elección de Francisco I como nuevo papa, en 2013.

Pol Langa

Pol Langa

Jorge Mario Bergoglio, el papa Francisco I, nos ha dicho adiós este Lunes Santo a primera hora de la mañana después de padecer una neumonía bilateral durante los últimos meses que le obligó a guardar reposo y a ser ingresado en el Hospital Gemelli de Roma.

Sin embargo, su reaparición durante la bendición del 'urbi et orbi' de ayer, Domingo Santo, dejaba pocas dudas de la mejoría de su estado de salud, aunque finalmente su cuerpo, de 88 años de edad, ha dicho basta.

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Ahora, empieza todo un proceso de selección del mejor candidato a Papa que culminará con el anuncio del nuevo Pontífice y la esperada fumata blanca que así lo certifica. Una vez fallecido, su ataúd se trasladará durante tres días a la Basílica de San Pedro para que los fieles puedan darle un último adiós. Después, los siguientes cuatro o seis días están destinados al funeral, que se espera multitudinario, desde la Plaza de San Pedro.

A partir del noveno día empieza el 'período novendial' en el que se llevan a cabo nueve misas y se espera la llegada de todos los cardenales elegibles como nuevo Papa a la ciudad de Roma. Es en este momento en el que se empieza a discernir quien podrá ser el nuevo líder de la Iglesia católica, no sin antes proceder con la votación de los 223 cardenales de la Santa Sede.

Sin embargo, la decisión final recae en un grupo reducido de religiosos que tienen la influencia y el poder necesarios para tomar una decisión clave en el devenir del mundo, en el famoso cónclave.

Esta reunión de cardenales se debe producir nunca antes de los primeros 15 días desde la muerte del Papa, pero nunca después del 20º día. Esta parte del protocolo se puede avanzar siempre que el anterior pontífice así lo especifica, como sucedió con Benedicto XVI, aunque en su caso dejó el cargo por renuncia y no por fallecimiento.

Durante el cónclave los presentes quedan aislados del mundo exterior por todas las vías para focalizarse solamente en la elección del mejor perfil para el cargo y tienen la obligación de guardar el secreto de lo votado.

Ahora bien, esta elección puede durar el tiempo que sea necesario, que llevarían a celebrar pausas de inflexión para pensar sobre la próxima nueva votación. No obstante, si la decisión se alargara demasiado, quedaría enterrada la necesidad de coincidir dos tercios de la cámara y se escogería el nuevo Papa por mayoría absoluta.

Una vez haya un nombre que gane al resto, se producirá el icónico momento de la fumata blanca, una señal que proviene directamente desde la Capilla Sixtina donde se elige al candidato que significa que ya hay nuevo Papa y se pronuncia la famosa frase 'habemus Papam'. Entonces, este deberá salir a la plaza de San Pedro para proclamar la primera bendición 'urbi et orbi' y será presentado ante el mundo como nuevo líder del catolicismo.