Walter Tavares obliga a Florentino Pérez a hincar la rodilla

El jugador acaba contrato en 2024 y no estaba contento con lo que le ofrecía el Madrid para renovar

El presidente blanco, ante el miedo de perder al pívot más determinante de Europa, accederá a pagarle más de la escala salarial del equipo

El MVP de Tavares y el título de Euroliga le costará dinero al presidente Florentino Pérez

El MVP de Tavares y el título de Euroliga le costará dinero al presidente Florentino Pérez / AFP

Ramon Palomar

Ramon Palomar

Lo que no consiguió en su momento estrellas del Madrid de fútbol como Cristiano Ronaldo o el capitán, Sergio Ramos, lo ha logrado el pívot del equipo de basket, Walter Eddy Tavares.

Y es que el presidente del Madrid, Florentino Pérez, al que nadie le tose a la hora de negociar contratos, no ha tenido más remedio que plegarse a las demandas del Mejor defensor de la Euroliga y MVP de la Final Four y pagarle por encima de lo que tenía estipulado en su escala salarial de cara a extender su contrato con el Madrid.

Tavares ya era el jugador mejor pagado de la plantilla blanca, con un contrato bruto de 3,2 millones de euros, lo que suponía una ficha limpia cercana a los dos millones. Pero el jugador, a la hora de negociar su contrato de cara a 2025, pidió más dinero al considerar que lo valía.

Negociaciones estancadas

Las negociaciones se habían estancado en los últimos meses y nada apuntaba a que el pívot iba a alargar su relación contractual con el Madrid, consciente de que seguro encontraría otro equipo que le pagaría encantado lo que pedía.

Aunque su espectacular actuación en el play-off de cuartos de final ante el Partizan y su clara influencia en la Final Four donde también se llevó el MVP, han llevado al presidente blanco a recapacitar su decisión de no moverse en la oferta y finalmente moverá ficha a favor del caboverdiano.

Florentino, consciente de la importancia de lograr la Euroliga el año que echaron a Pablo Laso, ha querido ‘recompensar’ a Tavares, para aumentar su ficha por encima de los dos millones de euros y ceder –a disgusto- con las altas pretensiones del pívot.