El Barça Lassa se gusta y humilla al Real Madrid

Tomic ante Tavares durante el duelo disputado en el Palau

Tomic ante Tavares durante el duelo disputado en el Palau / VALENTÍ ENRICH

Xavi Martínez Olivar

Xavi Martínez Olivar

El Barça de Svetislav Pesic pasó por encima del Real Madrid -el  líder de la Liga Endesa- como un rodillo y le devolvió la moneda de la humillante derrota en el mismo Palau en Euroliga. Pero lo más importante es la imagen que transmitió el conjunto azulgrana que da la impresión que está interiorizando a pasos agigantados la filosofía de su nuevo técnico.

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LIGA ENDESA

94
72
Alineaciones
BARÇA LASSA
(21+24+27+22): Heurtel (21), Koponen (10), Claver (4), Moerman (9), Tomic (10) -cinco inicial-, Jackson (4), Ribas (11), Oriola (17), Navarro (6), Vezenkov (2), Kurucs (-) y Pressey (-).
REAL MADRID
(14+15+17+26): Campazzo (5), Carroll (8), Taylor (1), Randolph (5), Tavares (4) -cinco inicial-, Rudy Fernández (11), Randle (8), Ayón (4), Reyes (5), Causeur (10), Yusta (8) y Radoncic (3).

Una filosofía que dejó sin recursos a un Madrid que si no puede correr y no le entran los triples (2 de 20 en este duelo) tiene un problema. El colectivo azulgrana cumplió todos los axiomas que le pide su entrenador: defensa constante de ayudas con una presión que comenzaba en pista contraria y dominio del propio rebote (sólo cedió 4 capturas ofensivas a su rival). A partir de aquí baloncesto solidario en ataque con rápida circulación de balón para buscar las mejores posiciones de tiro. 

Y por encima de todo, dos consignas: evitar que el Madrid corriera y no concederr ni una canasta fácil aunque sea al precio de cometer falta. La aplicación de todos estos conceptos le dio al Barça el dominio del partido desde el salto incial. Pese a las ausencias de Hanga, Sanders y Seraphín, los azulgrana jugaron siempre con convicción con Heurtel como imperial director de orquesta (21 puntos), bien secundado por los Koponen, Oriola, Tomic etc.

El Madrid nunca se sintió a gusto y fue cediendo terrerno desde el principio. Pero incluso cuando la preclaridad ofensiva faltó en el segundo cuarto (23-22) el Barça siguió trabajando para volver a crecer desde la defensa (45-29 al descanso). Tras el paso por los vestuarios, el trabajo defensivo azulgrana cortocircuitó a un Madrid que echó mucho de menos a Doncic y al que no le valió llevar el duelo al cuerpo a cuerpo. Baste decir que en este tercer cuarto, los blancos sólo anotarían un canasta en juego (Randle) y vivieron de los tiros libres (15 en este período de los 38 que lanzaron).

Y el Barça se le lanzó a la yugular con ganas de hacer sangre. Y lo consiguió (82-52). Al final un triunfo para ilusionar dejando al mejor ataque de la liga (92 puntos) en 72. Era sólo un partido de la fase regular pero para el Barça -que mantiene su segunda posición- tiene el valor de demostrarse a sí mismo que tras una temporada de pesadilla, con la llegada de Pesic este colectivo puede crecer. Y tras conquistar la Copa del Rey, ahora luchar por la Liga y volver a ilusionar al Palau es una opción más que real.

Un dato final. El +22 es la máxima diferencia a favor del Barça en un clásico de liga regular desde un 57-79 logrado en un duelo disputado en Madrid en diciembre de 2009.