El clon de Neymar
La llegada de Neymar al PSG, el verano de 2017, agitó el mundo del fútbol. El Barça le ofrecía la corona de Messi para reinar en el Camp Nou. La única condición era tener paciencia. Pero él prefirió la que le garantizaban en el Parque de los Príncipes, para ser el rey desde el primer día. Una decisión que muchos seguidores al fútbol no le perdonaron nunca.
Neymar, en el día de su presentación con el PSG / Paris Saint-Germain
Por suerte, la naturaleza ha ‘clonado’ al brasileño en Desiré Doué. Quienes no se emocionaron con las exhibiciones del actual jugador del Santos en la Ligue 1, dolidos por su decisión de renunciar a hacer historia en el Camp Nou, tienen ahora una segunda oportunidad con el extremo galo. Una promesa que ya ha superado esa etiqueta en el PSG más histórico de todos. El de Luis Enrique. El mejor desde su fundación, un 12 de agosto de 1970.
Cuatro títulos en una temporada para el recuerdo: la del triplete, la de la primera Champions League conquistada en París. El gran sueño de Qatar desde 2011, hecho realidad. Una colección de gestas imposibles con líderes experimentados como Dembélé o Marquinhos, y con la ambición desbordante de jóvenes como Joao Neves, Vitinha, Nuno Mendes y, por supuesto, Desiré Doué.
Desiré Doué, futbolista del PSG / Paris Saint-Germain
Fue precisamente en la competición reina donde terminó de enamorar al mundo, aunque fue mucho antes cuando cautivó a Luis Enrique, Luis Campos y Nasser Al-Khelaïfi. La historia de su fichaje lo dice todo: lo quiso el Barça, también el Madrid… Y ahora se entiende por qué. Porque era imposible no pensar en Neymar cada vez que tocaba el balón. Su gran ídolo de la infancia.
Neymar es mi ídolo. A día de hoy, me sigue inspirando. Espero poder seguir sus pasos.
Desiré Doué, futbolista del Paris Saint-Germain
Su fichaje: Los Juegos del Hambre
Es imposible enumerar todos los equipos que quisieron fichar a Desiré Doué. Sería una lista interminable de los mejores clubes del planeta. Nacido en Angers el 3 de junio de 2005, la nueva ilusión del fútbol francés creció en una de las canteras más prolíficas del país: la del Stade Rennais.
Allí, hace pocos años, asomaron la cabeza Ousmane Dembélé o Eduardo Camavinga En la Bretaña parece que fabrican futbolistas de primer nivel de forma ilimitada. Doué tuvo buenos mentores.
Desiré Doué, durante un partido con el Stade Rennes, ante Neymar / Stade Rennes
Con la mayoría de edad recién cumplida, ya era indiscutible en el primer equipo y pieza habitual en las categorías inferiores de Les Bleus. Su salida era cuestión de tiempo.
Tras completar su segunda temporada en el club (2023-24), el Rennes ya se frotaba las manos: sabían que su jugador estrella había superado la dimensión del equipo. Tocaba vender. Pero no a cualquier precio. Se estaba ‘cocinando’ una subasta en toda regla.
La venta de Desiré Doué fue una auténtica puja al mejor postor. Durante meses, se cruzaron rumores, filtraciones y humo. Pero, cuando llegó la hora de la verdad, solo quedaron dos clubes de pie: el Bayern de Múnich y el Paris Saint-Germain. Doué eligió París. Lo que pocos conocen es por qué se decantó por los franceses.
Desiré Doué, en su presentación como jugador del PSG / Paris Saint-Germain
La puja empezó en 40 millones. Acabó cerrándose por 60. Pero el dinero no fue el problema para el Bayern. El verdadero obstáculo fueron los Juegos Olímpicos, disputados en Francia. En Múnich, Doué tenía asegurada la titularidad. En el PSG, bajo las órdenes de Luis Enrique, nadie podía prometerle minutos cada fin de semana. Eso inclinaba la balanza hacia Alemania. Hasta que apareció Thierry Henry.
Thierry Henry junto a Desiré Doué, durante los Juegos Olímpicos de París 2024 / Agencias
El seleccionador olímpico francés -ídolo nacional- le aconsejó personalmente seguir en Francia. Y el mensaje caló. Nasser Al-Khelaïfi, consciente de la situación, y geográficamente mucho más cerca que los peces gordos del Bayern, tomó el mando.
Se implicó directamente en las negociaciones para mostrar el proyecto al entorno del jugador. Junto a Luis Campos, aprovechó los Juegos de París como coartada perfecta para cerrar la operación. Jaque mate al Bayern. Luis Enrique, quien insistió día y noche en su fichaje, ya tenía su deseo concedido.
Doué le gusta a todo el mundo. Además es extremadamente educado, optimista... Siempre está sonriendo
Luis Enrique Martínez, entrenador del Paris Saint-Germain
Historia de la Champions
El PSG sabía que acababa de fichar a un auténtico crack. Un extremo diestro capaz de jugar en ambas bandas -e incluso como mediapunta-, con una creatividad desbordante, técnica exquisita, visión, desborde, uno contra uno, último pase… y gol. Lo tenía todo. Pero París exigía más. Había que dar un paso adelante.
Doué no fue titular desde el principio. Se lo ganó. A base de trabajo, personalidad y grandes actuaciones. Luis Enrique no regala minutos. El joven francés lo entendió y lo asumió. El 11 de marzo de 2025, en Anfield, llegó el momento clave. Marcó un antes y un después.
Desiré Doué, durante una acción del partido de vuelta de octavos de la Champions League ante el Liverpool / Agencias
El PSG se presentaba a la vuelta de octavos de final de la Champions League tras perder injustamente en casa ante el Liverpool (0-1). Un único disparo a puerta de los reds -el de Harvey Elliott en el 89’- había dejado al Parque de los Príncipes congelado. Tocaba remontar en Inglaterra.
Dembélé abrió el marcador en el minuto 12, pero el duelo se alargó hasta la prórroga. Y entonces, apareció Doué, quien fue el primer cambio del partido (67’). A sus 19 años, firmó un tiempo extra sublime, aunque no consiguió marcar. En los penaltis, no se escondió: pidió lanzar el decisivo. Y lo marcó, vaya si lo hizo. Como si hubiera lanzado 50 en situaciones parecidas. París descubrió que no solo había fichado talento: había incorporado a un futbolista de élite. De los que deciden. De los que no tiemblan en los momentos clave.
Desiré Doué celebra el tanto decisivo para avanzar a cuartos de final de la Champions League / Agencias
Desde entonces, era imposible no pensar en Neymar cada vez que tocaba la pelota. La forma de conducir, de fintar, de arrancar, de disparar. Hasta los detalles más pequeños: las medias bajadas, la manga larga, los guantes, las botas blancas que se conectan con los calcetines blancos que asoman bajo las medias recortadas. Incluso sus gestos corporales. Su fútbol parecía sacado del mismo molde que el del brasileño. Pero con una diferencia clave para el PSG: Doué no falló en la gran final.
Mientras Neymar se quedó a las puertas de la gloria en 2020 en Lisboa, el joven francés escribió su nombre en la historia del PSG, y de la Champions. Dos goles y una asistencia con su sello liquidaron al Inter de Milán para levantar la primera ‘Orejona’ del club y rubricar la mayor goleada de la historia en una final de Champions: 5-0. Fue elegido Mejor Jugador del Partido y se convirtió en el primer futbolista en participar directamente en tres goles en una final de Champions League. Con solo 20 años.
Desiré Doué, con el trofeo de campeón de la Champions League 2024-25 / Agencias
Con el triplete bajo el brazo, el PSG viajó a Estados Unidos para conquistar el Mundial de Clubes y seguir soñando con el sextete. No pudo ser. El Chelsea de Enzo Maresca arruinó la fiesta en la final (3-0). Doué volvió a destacar: fue elegido Mejor Jugador Joven del torneo. Así cerró su primera temporada como parisino: 16 goles, 16 asistencias, cuatro títulos... y la sensación unánime de estar ante una estrella destinada a marcar una época.
Doué es un talento del nivel de Lamine Yamal, aunque todavía no es tan decisivo
Roberto De Zerbi, entrenador del Olympique Marsella
¿El gran rival de Lamine?
Su talento imparable se une a una personalidad única y a una confianza plena en sus capacidades. Doué tiene la convicción de los campeones, de aquellos destinados a hacer historia. Por eso, Rio Ferdinand no dudó en afirmar que él, junto a Lamine Yamal, “serán los sucesores de Leo Messi y Cristiano Ronaldo”. Palabras que dan vértigo solo con escucharlas. Que te comparen con el genio del Barça y con los dominadores absolutos del deporte rey en las últimas dos décadas no es algo que cualquiera merezca.
Lamine Yamal y Desiré Doué, durante un España-Francia de la Nations League / Agencias
Pero Doué se lo ha ganado. Y, lo más interesante, no le pesa saber que parte del futuro del fútbol pasa por sus botas. Como con Neymar o Lamine, por Doué siempre vale la pena pagar una entrada. Quizás sea el mayor elogio de todos en un fútbol tan robótico y homogéneo. Futbolistas como ellos deberían ser eternos.
Sobre sus hombros pesa la responsabilidad de convertirse en uno de los mejores del mundo en pocos años. ¿Sabrá gestionar esa presión? El tiempo dirá, pero su confianza y talento parecen tener una respuesta muy clara.
