La `explosión¿ de jugadores como De Bruyne, Lukaku, Hazard o Carrasco ha colocado a Bélgica como gran alternativa a las clásicas favoritas. El combinado que ahora dirige Wilmots encadena fiasco tras fiasco desde que cayera ante Italia en la final de la Euro de 1980. Eso sí, Bélgica ya demostró en el último Mundial que puede competir con los más grandes, ya que en Brasil cayó por la mínima en cuartos de final contra Argentina.

 

Sorprendentemente, la Bélgica de Wilmots viene ofreciendo mejores prestaciones defensivas que de cara a gol. Pese a tener mucha pólvora de tres cuartos de campo hacia delante, al equipo le cuesta golear, aunque es cierto que esta tendencia ha cambiado en los últimos meses.

 

Respecto al equipo que alcanzó los cuartos de final en Brasil, Wilmots solo tiene la baja de un Kompany con más nombre que rendimiento. En principio, Denayer, del Galatasaray, será su sustituto en el eje de la zaga.

 

Nadie discute que Bélgica tiene potencial de sobras para ganar la Eurocopa. Sin embargo, la poca experiencia que acumulan sus jugadores en partidos de tal dimensión hace pensar que el combinado flamenco todavía necesita crecer antes de codearse con la gloria. O no.