El renacer

Francisco Trincao

"Trincao llegó al mejor club en el peor momento”

No hubo paciencia". José Carvalho Araujo, que lo entrenó cinco años en el Braga, resume así el paso del extremo por el Barça. El club azulgrana pagó 31 millones y le impuso una cláusula 500 millones. Tenía apenas 21 años y era sobre todo una apuesta de futuro. Más que una realidad, el Barça fichaba al jugador que se imaginaba que podía llegar a ser. Su última temporada en el Braga fue un reflejo de eso: empezó siendo suplente y terminó explotando como la gran aparición del fútbol portugués. El paso lógico en su carrera era irse a uno de los grandes de su país, pero escogió el camino más corto a la élite cuando llegó la propuesta del Barça.

"Él decidió que era el momento de ir al Barcelona"
José Carvalho Araujo, técnico de Trincao en el Braga

Trincao ya era uno de esos jugadores que entran por los ojos. De la quinta de Joao Félix, y Rafael Leao, destacaba por ser un extremo sugerente, de mucho desborde, y con un golpeo elegante. Su envergadura, tenía un físico exuberante, también invitaba a pensar que estaba listo para el máximo nivel. Además, encajaba con la tradición de extremos del Barça y la presencia de Koeman en el banquillo, un técnico que apostaba por los jóvenes, parecía jugarle a favor. Pero la realidad fue muy distinta: se marchó del club, tras una sola temporada (2020-21), dejando la sensación de que estaba muy verde para la exigencia del Barça.

No hubo paciencia". José Carvalho Araujo, que lo entrenó cinco años en el Braga, resume así el paso del extremo por el Barça. El club azulgrana pagó 31 millones y le impuso una cláusula 500 millones. Tenía apenas 21 años y era sobre todo una apuesta de futuro. Más que una realidad, el Barça fichaba al jugador que se imaginaba que podía llegar a ser. Su última temporada en el Braga fue un reflejo de eso: empezó siendo suplente y terminó explotando como la gran aparición del fútbol portugués. El paso lógico en su carrera era irse a uno de los grandes de su país, pero escogió el camino más corto a la élite cuando llegó la propuesta del Barça.

"Él decidió que era el momento de ir al Barcelona"
José Carvalho Araujo, técnico de Trincao en el Braga

Trincao ya era uno de esos jugadores que entran por los ojos. De la quinta de Joao Félix, y Rafael Leao, destacaba por ser un extremo sugerente, de mucho desborde, y con un golpeo elegante. Su envergadura, tenía un físico exuberante, también invitaba a pensar que estaba listo para el máximo nivel. Además, encajaba con la tradición de extremos del Barça y la presencia de Koeman en el banquillo, un técnico que apostaba por los jóvenes, parecía jugarle a favor. Pero la realidad fue muy distinta: se marchó del club, tras una sola temporada (2020-21), dejando la sensación de que estaba muy verde para la exigencia del Barça.

"Fue un shock entrar en ese vestuario”

Francisco Trincao

Un contexto de inestabilidad

“Él decidió que era el momento de ir al Barcelona. El Braga recibía mucho dinero… creo que llegó en un contexto de inestabilidad que para nada era el adecuado para un chico nuevo con toda la carrera por delante y todo por demostrar”, recuerda Carvalho. “Ese ambiente negativo naturalmente que lo dificultó todo mucho. No encontró la paciencia que necesitaba un chico tan joven. ¿Si podría haber esperado un poco antes de dar el salto? Quizás sí, pero estos trenes llegan una vez y quizás no vuelven a pasar”.

Trincao dejó destellos de jugador diferente, pero también de ser un producto incompleto. Un extremo vistoso, muy académico, pero sin ser definitivo en nada. Ese Trincao aún no era consistente ni en el uno contra uno ni en el remate. Pero sobre todo transmitió la sensación de que era un jugador al que le costaba rebelarse. No tenía el carácter de un Figo o un Cristiano para sacar la cabeza en momentos de dificultad.

Trincao necesitaba un contexto adecuado para brillar y en el Barça de Koeman no lo encontró porque era un equipo que estaba por definir. Tuvo minutos para demostrar más (tres goles en 42 partidos), pero nunca fue una competencia real para un equipo con delanteros como Messi, Griezmann o Dembélé.

Cinco años después, Trincao guarda un buen recuerdo de aquella experiencia. “Fue increíble, jugué muchos partidos, pero también era muy joven”. De sus palabras también se desprende cómo le abrumó al principio el salto de un vestuario como el del Braga a todo un Barcelona. "Siempre es un shock, porque no estamos acostumbrados... Son jugadores que crecí viendo jugar y acaba por ser todo un shock, pero siempre me han tratado bien y me he adaptado con naturalidad”.

"Fue increíble, jugué muchos partidos, pero también era muy joven"

Trincao tuvo la oportunidad de compartir vestuario con Messi, una experiencia única, donde pudo conocer la personalidad del argentino. “No hablaba mucho, pero cuando lo hacía, lo hacía bien. Era más su presencia, saber que teníamos allí un ídolo, una referencia. Respetábamos aquello que nos decía y quería corregirnos bastante dentro del campo, el posicionamiento y lo que quería mejorar en nuestro juego".

De aquella época, siempre recuerda una anécdota de Leo con Jordi Alba que definía el nivel inverosímil del astro argentino. “Cuando el entrenamiento estaba parado, siempre que veían una portería pequeña al fondo, hacían siempre lo mismo. Se llamaban el uno al otro y decían: 'Mete la bola'. ¡Y siempre la metían! Era divertido, porque nunca fallaban".

Un contexto de inestabilidad

“Él decidió que era el momento de ir al Barcelona. El Braga recibía mucho dinero… creo que llegó en un contexto de inestabilidad que para nada era el adecuado para un chico nuevo con toda la carrera por delante y todo por demostrar”, recuerda Carvalho. “Ese ambiente negativo naturalmente que lo dificultó todo mucho. No encontró la paciencia que necesitaba un chico tan joven. ¿Si podría haber esperado un poco antes de dar el salto? Quizás sí, pero estos trenes llegan una vez y quizás no vuelven a pasar”.

Trincao dejó destellos de jugador diferente, pero también de ser un producto incompleto. Un extremo vistoso, muy académico, pero sin ser definitivo en nada. Ese Trincao aún no era consistente ni en el uno contra uno ni en el remate. Pero sobre todo transmitió la sensación de que era un jugador al que le costaba rebelarse. No tenía el carácter de un Figo o un Cristiano para sacar la cabeza en momentos de dificultad.

Trincao necesitaba un contexto adecuado para brillar y en el Barça de Koeman no lo encontró porque era un equipo que estaba por definir. Tuvo minutos para demostrar más (tres goles en 42 partidos), pero nunca fue una competencia real para un equipo con delanteros como Messi, Griezmann o Dembélé.

Cinco años después, Trincao guarda un buen recuerdo de aquella experiencia. “Fue increíble, jugué muchos partidos, pero también era muy joven”. De sus palabras también se desprende cómo le abrumó al principio el salto de un vestuario como el del Braga a todo un Barcelona. "Siempre es un shock, porque no estamos acostumbrados... Son jugadores que crecí viendo jugar y acaba por ser todo un shock, pero siempre me han tratado bien y me he adaptado con naturalidad”.

"Fue increíble, jugué muchos partidos, pero también era muy joven"

Trincao tuvo la oportunidad de compartir vestuario con Messi, una experiencia única, donde pudo conocer la personalidad del argentino. “No hablaba mucho, pero cuando lo hacía, lo hacía bien. Era más su presencia, saber que teníamos allí un ídolo, una referencia. Respetábamos aquello que nos decía y quería corregirnos bastante dentro del campo, el posicionamiento y lo que quería mejorar en nuestro juego".

De aquella época, siempre recuerda una anécdota de Leo con Jordi Alba que definía el nivel inverosímil del astro argentino. “Cuando el entrenamiento estaba parado, siempre que veían una portería pequeña al fondo, hacían siempre lo mismo. Se llamaban el uno al otro y decían: 'Mete la bola'. ¡Y siempre la metían! Era divertido, porque nunca fallaban".

El renacer en el Sporting: cuestión de confianza

Tras otra experiencia irregular en el Wolverhampton que duró solo una temporada (3 goles y una asistencia en 30 partidos), decidió regresar a Portugal. Su experiencia en la Premier ya apuntaba en esa dirección (los Wolves eran una pequeña colonia portuguesa), pero ha sido en el Sporting de Portugal, donde ha vuelto a disfrutar del fútbol.

Ruben Amorim, el actual técnico del United, fue el encargado de impulsar su carrera en su vuelta a su país la temporada 2022-23, aunque no sin dificultades. Lo logró cambiando el estado de ánimo del futbolista y creando un contexto propicio para explotar su fútbol. Lo resume el periodista Sérgio André, del diario ‘O Jogo’. “Lo conocía muy bien de su etapa en el Braga. Hizo que se sintiera titular indiscutible y jugara como le gusta. Lo pudimos ver: jugaba como extremo por la derecha, pero con libertad para tener influencia por todo el ataque. Amorim lo sabía: Trincao tiene mucho fútbol, solo le faltaba sentir esa confianza".

"Trincao tiene mucho fútbol, solo le faltaba sentir esa confianza"
Sérgio André, periodista del diario ‘O Jogo'

Pero su primera temporada no fue un camino recto y de nuevo volvió a demostrar una irregularidad que frenó su progresión en los primeros meses de 2023. “Tiene que reajustar sus expectativas”, apuntaba entonces Ricardo Gomes, que fue psicólogo del club. “Tiene que disminuir la carga que se ha impuesto. Cada vez que entra quiere demostrar y le pasa justo todo lo contrario. Se tensa, aumenta el estrés y su rendimiento empeora”.

“Tiene el talento, pero tiene que perder el miedo a fallar”
Ruben Amorim, exentrenador de Trincao en el Sporting CP

Amorim fue más allá con su diagnóstico: “Necesita tiempo. En el Braga demostró todo su talento, pero en el Barça nunca logró la estabilidad y perdió confianza. Jugó de otra forma: soltaba el balón rápido con miedo. Se fue a Inglaterra y no jugó mucho, perdió de nuevo confianza y está en ese proceso de recuperarla y estamos aquí para ayudarlo. Tiene el talento, pero necesita tiempo, confianza y que el equipo le acompañe”.

Trincao salió esta vez reforzado de la adversidad y terminó la temporada marcando 13 goles y repartiendo cuatro asistencias.

Un paso adelante y el ‘efecto Gyökeres’

En su siguiente campaña creció su influencia en el juego y acabó con 10 goles y 10 asistencias en 48 partidos. Unas sensaciones que se han mantenido esta temporada, donde ha encontrado en Gyökeres un socio perfecto para su juego.

“Creo que el sistema con Amorim le vino muy bien, porque el hecho de jugar con un 3-4-2-1 hacía que jugara por detrás de Gyökeres, que es un delantero que no para de moverse. Eso le va muy bien a Trincao porque, si eres bueno pasando el balón, tienes visión de juego y tienes un jugador por delante que se desmarca tan bien, tienes mucho ganado. Y por otra parte, arrastra marcas y te limpia zonas de peligro, que es algo que le permite a Trincao explotar sus conducciones, una de sus grandes cualidades”, apunta Bruno Alemany, periodista de la SER y experto en fútbol internacional.

“Fue clave la posición, porque no jugaba exactamente en la banda, pero tampoco en el centro, que es ideal para él porque tampoco me parece un extremo puro”.
Bruno Alemany, especialista en fútbol internacional (SER)

Amorim trató de llevar a Trincao al siguiente nivel y eso pasaba por mejorar sus cifras. Con esa intención trató de explotar el golpeo del futbolista desde fuera del área. “Es, seguramente, nuestro mejor rematador desde fuera del área. Hemos estado trabajando eso con él y, aunque también tiene que ver con el entendimiento del juego, es, sobre todo, es una cuestión de confianza. Lo que más nos gustó es la capacidad que nos dio para atacar y defender. Tocó tres balones y rápidamente nos dimos cuenta de que iba a causar estragos”.

El impacto del cambio en el banquillo

Esta temporada acumula siete goles y 11 asistencias en 30 partidos cuando estamos todavía en enero. El cambio en el banquillo del Sporting a mitad de temporada, con la llegada de Rui Borges, no ha cambiado el estatus de Trincao, aunque sí ha provocado algunos reajustes. “Está adaptándose al cambio de sistema, porque ahora el equipo juega con un 4-4-2. Juega como segunda punta y el nuevo entrenador le tiene mucha confianza. Junto con Gyökeres sigue siendo el jugador más importante del ataque”, apunta Sérgio André, del diario ‘O Jogo’.

Trincao vivió con 25 años su noche más amarga con el Sporting el pasado 12 de enero tras fallar su lanzamiento en la tanda de penaltis en la final de la Taça da Liga ante el Benfica, su máximo rival. Un error que hicieron que no pudiera contener las lágrimas, pero que no cambia su situación en un Sporting, que está pasando dificultades con el nuevo entrenador.

Item 1 of 2

Futuro incierto: ¿Palanca o renovación?

La temporada 2023-24 el Sporting decidió ejercer la cláusula de compra de 7,5 millones y quedarse en propiedad con el futbolista. Pero el Barça se guardó un as en la manga: aceptó vender al futbolista por esa cantidad pero a cambio se quedó con el 50% de los derechos del jugador. Es decir, si hay una venta del futbolista cobraría la mitad del traspaso.

Pero hay un matiz: el Barça logró estas condiciones, y la posibilidad de recuperarlo por 25 millones hasta 2026, fecha en la que termina contrato con el club portugués. Así que, en el caso de que el Sporting renovara al futbolista, el Barça perdería la opción de la ‘palanca Trincao’.

En las últimas semanas varios equipos se han interesado por el futbolista. Uno de ellos, según apuntó La Gazzetta dello Sport, es el Milan, que estaría dispuesto a pagar 25 millones, una cifra que supondrían 12,5 kilos para las arcas del Barça. El Bayern y el City podrían ser otros de los equipos que siguen de cerca la evolución del futbolista.