Descifrando a Vitor Roque

Decía Cruyff: “El rondo contiene todo lo que necesitas en el fútbol”. Y, desde entonces, se ha convertido en la prueba del algodón para los nuevos que llegan al Barça.

Aquellos que pasan más tiempo dentro del círculo, acostumbran a tener que hacer un camino más largo para triunfar. Vitor Roque lo sufrió en uno de sus primeros entrenamientos, una sesión de puertas abiertas en el Johan, donde pagó la novatada de 'rookie'. Ese día empezó a notar el escrutinio.

La brecha entre las expectativas del entorno (un fichaje millonario anunciado como la gran perla de Brasil) y un presente más terrenal: un joven de 18 años sin experiencia en Europa… en un equipo con problemas y un club sin paciencia.

Los titulares destacaron su gol en el partidillo mientras el Barça estiraba el filón mediático con imágenes de un tigre y montajes con compatriotas de otras épocas como Ronaldinho o Ronaldo. En plena euforia, el culé proyectaba grandes noches viendo sus highlights en Youtube y Vitor Roque alimentaba las esperanzas. “Tigrinho es un sobrenombre que me gusta, porque creo que refleja un poco mi forma de jugar, de entender el fútbol, de ser ágil, rápido como un felino y muy centrado en todo lo que hace”.

Era 24 de enero, aún no se hablaba mucho de lo que había costado y el Barça hacía semanas que tenía dos problemas graves: Lewandowski se parecía poco a Lewandowski y no había un sustituto estable para Busquets.

La lesión de Gavi abrió la posibilidad de adelantar su llegada y Xavi terminó dando el sí, aunque pronto envió un mensaje: todavía no estaba listo. Aquello se convirtió en una profecía autocumplida hasta hoy. Iba a necesitar un tiempo de adaptación y no había que cargarle con demasiadas responsabilidades.

Lo primero que detectaron en los entrenamientos fue que estaba lejos del ritmo de sus compañeros. Una grave lesión en el tobillo en los meses previos a su fichaje, y unas vacaciones antes de aterrizar, tenían la culpa.

A pesar de todo, el cuerpo técnico valoró su predisposición a mejorar su forma física (necesitaba bajar los niveles de grasa), su interés en coger los nuevos conceptos y un sentido competitivo que comprobaron en los entrenamientos. “Me ha dicho Xavi que es una bestia competitiva”, desveló el vicepresidente Rafa Yuste.

Desde su llegada se encontró con su taquilla entre Raphinha y Lewandowski y vivió sus primeras semanas con un perfil bajo. “Es un chico tímido y muy educado con todo el mundo. A veces se nos olvida que tiene solo 18 años y viene a un país nuevo. Hay demasiadas prisas”, apuntan en el club.

Esos días Raphinha no se separaba de él. Incluso lo iba a buscar al hotel para llevarlo a los entrenamientos. Ronald Araujo es otro de los futbolistas que han cuidado su adaptación. Xavi no tardó en darle alguna oportunidad. En su debut en Las Palmas dejó pinceladas de lo que estaba por venir: intensidad, dinamismo sin balón y problemas en los controles.

Una falta de delicadeza que le ha jugado en contra en un club acostumbrado a brasileños exquisitos. Históricamente, cuando el Barça buscaba jugadores diferentes, fichaba a brasileños; últimamente ha fichado a brasileños menos reconocibles. A pesar del escepticismo inicial, Tigrinho tuvo su momento: un gol ante Osasuna que dio los tres puntos y otro al Alavés, con expulsión incluida, para sentenciar el partido. Vitor Roque enseñaba las uñas y parecía un punto de inflexión, pero fue un espejismo. A medida que Xavi fue recuperando activos en ataque, fue perdiendo protagonismo.

El técnico insistía con el proceso de adaptación y la competencia, pero con una dificultad añadida para Vitor Roque: el ‘9’ era para Lewandowski y tenía que buscarse la vida más cerca de la banda izquierda.

Las declaraciones de su agente André Cury en RAC1 hace unos días escenificaron la incomprensión de su entorno, que no se explica las prisas por traerlo y su papel: “Xavi ni siquiera habla con él. Con 300 minutos Vitor Roque lleva dos goles y diría que es el pichichi del equipo si miramos el promedio de minutos jugados”.

Fuentes cercanas al vestuario niegan que el cuerpo técnico no esté cuidando al futbolista. “Por supuesto que Xavi habla con él. Tiene el mismo trato que puede tener cualquier jugador”, aclaran. En sus primeras semanas Tigrinho tuvo sesiones individualizadas, así como en partidos concretos como en Vigo, donde fue titular. En los días anteriores se le prepararon unos vídeos personalizados para darle apoyo táctico. “No es un caso aislado: es habitual entre los jugadores más jóvenes o entre los que juegan menos minutos”, recuerdan.

Cury también apuntó a la falta de paciencia en el club y el entorno. “Mira lo que ha pasado con Vinicius en el Real Madrid. Aquí en Barcelona, en dos meses ya se crea un lío y la gente quiere matar en vez de ayudar". Una situación compleja que apunta a pulso entre el club (el Barça quiere una cesión en junio) y el entorno del jugador, que solo piensa en seguir o en un traspaso.

Su caso invita a una reflexión profunda. En un momento de grandes problemas económicos en el club, donde no se podía fallar el tiro, una de las grandes inversiones no cuenta para el entrenador a corto plazo. La gran decisión -seguir, cesión o traspaso- apunta al verano.