Momento en que el espontáneo cruza la línea de meta.
El prologo inicial del Tour de Romandía, prueba UCI World Tour, nos ha dejado una imagen para llevarse las manos a la cabeza.
En pleno arco de llegada y cuando el francés del Deceuninck-QuickStep Rémi Cavagna se disponía a finalizar la contrarreloj, un espontáneo ha cruzado con su propia bicicleta la línea de meta, pero en dirección contraria.
Una maniobra insólita, peligrosa y que reabre el debate sobre las normas de seguridad de la Unión Ciclista Internacional (UCI). Y es que no se explica como un cicloturista se ha podido colar en el recinto vallado de la llegada de una prueba World Tour y ha podido entrar sin que nadie lo detuviera antes.
Un espontáneo que incluso ha llegado a parar el cronómetro de Cavagna cuando ha pasado por el arco. Tiempo que, obviamente, se corrige después con los mecanismos de control de la organización.
En este sentido, las redes sociales se han llenado de comentarios poniendo de nuevo en duda algunas decisiones sobre seguridad que ha tomado recientemente la UCI, como el hecho de arrojar bidones fuera de la zona permitida o la posición del “bicho bola”.
Y es que cuesta de entender que no se tomen medidas más drásticas para evitar situaciones como la vivida en el Tour de Romandía o, hace unas semanas, en el Tour de los Alpes, con coches aparcados en la propia carretera que ya levantaron las quejas de ciclistas como Dan Martin, del Israel Startup Nation.
Más allá de este suceso, la contrarreloj ha tenido un solo color: el del INEOS. El conjunto británico ha hecho triplete con Rohan Dennis primero, seguido de Geraint Thomas y Richie Porte.