La temporada 2021 acaba de llegar a su fin y es momento de desconectar, de descansar y de tomar una gran bocanada de aire fresco antes de empezar el curso 2022.
Cada año llega cargado de alicientes, de nuevos corredores y de ilusiones renovadas para algunos ciclistas que, cambiando, o no, de equipo buscarán dar un paso al frente en su carrera profesional.
La próxima temporada será importante para todo el pelotón, pero para algunos ciclistas el punto de presión y de exigencia será algo más alto.
Este es el caso de Enric Mas, que en 2022 afrontará su tercer y último año de contrato con el equipo Movistar. Un contrato que se firmó con un objetivo no escrito pero muy claro de ganar una gran vuelta.
Cierto es que pocos contaban a finales de 2019 con la irrupción de talentos tan extraordinarios como Tadej Pogacar o la consolidación tan potente de Egan Bernal y Primoz Roglic. A Enric Mas y a Movistar les ha tocado bailar con las más feas.
Siendo optimistas, este año Enric Mas se ha vuelto a quedar a las puertas de ganar una gran Vuelta. Las sensaciones en carrera y la conexión con el aficionado pueden estar a años luz de esa situación, pero su segunda posición en La Vuelta a España nos recuerda que ha sido el mejor detrás de un intratable Primoz Roglic.
El propio Contador lo designó públicamente como su sucesor. A sus 26 años parece evidente que no será así. Por un lado, por la calidad de sus rivales, pero por el otro porque su nivel en contrarreloj y especialmente su combatividad en competición dista y mucho de la del pinteño.
Su segunda posición en La Vuelta a España nos recuerda que ha sido el mejor detrás de un intratable Primoz Roglic.
Es cierto que si eres segundo, el día menos pensado puedes ser primero, pero mucho me temo que las opciones reales de ganar una gran vuelta pasan más por una indisposición de los Pogacar, Bernal o Roglic que no por una victoria con recital.
La contrarreloj da una enorme ventaja a los eslovenos y un Bernal en plena forma también parece claramente superior al mallorquín.
El tema del equipo tampoco termina de ayudar. El equipo sigue renovándose y algunas de las caras más jóvenes ilusionan pero pensando siempre a medio plazo y más en victorias de etapa y clásicas de un día que no en grandes clasificaciones generales.
El polémico suceso con Miguel Ángel López, no hace sino debilitar la ya de por si mermada imagen de un equipo que siempre está en el punto de mira. Enric no tiene nada que ver con lo de Superman pero sí que tiene y mucho que decir en la visión de carrera. La estructura lleva años apostando por el conservadurismo, pero es que un tipo como Enric Mas se siente como pez en el agua ante esta tesitura.
En más de una ocasión ha reconocido que el miedo a perder tiempo le frenaba a probar fortuna y a cambiar el ritmo en el grupo de favoritos. Si realmente es así, y no es porque estaba absolutamente fundido, 2022 debería servir para recapacitar en este aspecto.
Correr para ganar y con la ambición de que se pueda subir a lo más alto del cajón. Algo que merecería de inmediato la renovación y un nuevo contratazo con Movistar.
2022 tiene que ser el año del ser o no ser para Enric Mas. Para él, pero también para el equipo, que en vistas a 2023 tiene que decidir si sigue apostando de forma prácticamente exclusiva por las grandes vueltas, o bien si restructura su plantilla y pone otro tipo de rumbo deportivo.
