Es el ciclista que acaba de pegar un estacazo en la Marmolada y el hombre que va a ganar el Giro. Se llama Jai Hindley y es un australiano de 26 años que ya fue segundo en 2020.
Nos hubiese gustado que Mikel Landa hubiese sido Jai Hindley en la Marmolada (qué duda cabe).
Hubiese sido el Giro perfecto.
Hindley ha tumbado a Richard Carapaz y ha sentenciado el Giro con una autoridad mayúscula.
Ya no tenemos ningún derecho a preguntar si Hindley tenía entidad para ganar una carrera de tres semanas. Era una duda sin causa como James Dean en ‘Rebelde sin causa’.
Hindley aceptaba, eso sí, esa pregunta con una naturalidad envidiable.
– Yo voy al día porque no sé lo que puede pasar en la siguiente etapa -decía.
¿Y el pasado? ¿Qué decía el pasado?
Había pocos datos (la verdad).
Hindley fue segundo en el Giro de 2020 pero no ofreció toda la confianza que necesitábamos: fue un Giro devaluado por culpa de la pandemia.
Así que lo dejamos en stand by.
Y el 2021 no ayudó a resolver dudas.
Las noticias de Hindley fueron mínimas, tanto que volvió a ser un ciclista anónimo.
Así que de ninguna manera nos podíamos imaginar lo de este Giro ni lo de la Marmolada, pero a veces la imaginación es una trampa.
Hindley dio, desde el minuto 1, argumentos en este Giro más que suficientes para creer en él.
Resistió lo que hizo falta en la montaña, donde ha esperado el momento justo.
Se le veía sin estrés y con una seguridad en sí mismo extraordinaria.
No necesitaba un abogado que defendiese sus opciones en este durisimo Giro en el que esperábamos un golpe de Estado de Landa.
Porque Landa tampoco nos prohibía soñar. Al contrario: hacia mucho tiempo que no le veíamos a este nivel.
Pero ya no hay nada que esperar.
Fue bonito mientras duró.
Ha ganado Jai Hindley, ha ganado la juventud.
Un ciclista que se ha hecho legendario en la Marmolada y del que ya no nos olvidaremos nunca.
Justo lo que queríamos para Landa, lo ha hecho Jai Hindley, un australiano que demuestra que el ciclismo también son palabras mayores en Australia.
