¿Qué pasa con los sprinters en España?

Publicado por
Aleix Serra
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Desde la retirada de Óscar Freire ningún español ha tomado su relevo como velocista de gran relevancia. ¿Por qué en España no aparecen sprinters? ¿Buena pregunta verdad? Pues en España no aparecen sprinters de referencia internacional porque no se apuesta por ellos en las categorías inferiores. Basta con ver a los niños que antes de la llegada de los Van Aert, Van der poel, Alaphilippe y compañía solo tenían en la cabeza la idea de llegar a ser un día vueltomanos de entidad.

Afortunadamente esto ha cambiado ligeramente y cada vez se valora más a los clasicomanos en el seno del pelotón internacional. Aun así, España está muy lejos de países como Bélgica, Francia o los Países Bajos. Allí es donde más se valora a este tipo de corredor.

En esta tesitura la dificultad para el sprinter amateur es máxima. En el campo aficionado apenas hay etapas y perfiles propicios para una llegada masiva. Además, la forma de correr más alocada y con menos control no beneficia para nada a los velocistas.

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Por si esto fuera poco en España el formato critérium apenas se utiliza y está muy desvalorizado a ojos del deportista. El trabajo de gimnasio tampoco recibe la importancia que debería tener y si le sumamos que lo de la pista nunca ha terminado de cuajar ni de promocionarse del todo bien, el resultado no puede ser otro que este.

La obsesión por el peso y por la relación peso potencia, el famoso vatio kilo, tampoco ayuda a mejorar la situación. Pocos ciclistas entienden o quieren asumir que con alguno kilo de más van a tener mejor rendimiento. Todos desean ser escaladores y muy pocos velocistas. La televisión y la prensa nos está inculcando esa idea y si no luchamos por revertir un poco esta situación será complicado que surjan velocistas españoles.

En Bélgica, los Países Bajos, el Reino Unido y prácticamente todo el centro de Europa los velocistas sí que tienen más posibilidades. Las carreras gozan de perfiles más adecuados a sus características y el formato critérium está bastante más extendido y aceptado. Además, estos países también trabajan muy bien el tema del ciclismo en pista y muchos de sus hombres rápidos en la modalidad en ruta pasaron antes por los velódromos.

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En definitiva, sino se cambian las bases es irracional esperar diferentes resultados. Para que España tenga a grandes sprinters se debería de cambiar la percepción del ciclismo de base y crear oportunidades para los hombres rápidos. Las direcciones deportivas tanto amateurs como profesionales de carácter nacional también deberían atreverse con este tipo de tácticas. Al fin y al cabo si los directores no confían en este tipo de corredores es muy complicado que estos algún día lleguen a ser ciclistas profesionales.

Cambiar todo esto puede llevar años y tocará asumir que lo de Freire fue más una casualidad y un regalo por parte de un fuera de serie que otra cosa. Tocará asumir que, en carreras como la Milán San Remo España o la primera semana del Tour de Francia, España no está preparada para tutear a las verdaderas potencias mundiales en cuanto a velocistas se refiere.

La pista también debería tener una mayor relevancia y todo ello pasa por promocionar la modalidad y dar más facilidades y ánimos a todas las escuelas de ciclismo. Cuidar los velódromos y reformar parte de la infraestructura también debería ser una prioridad para la federación española de ciclismo. Los más jóvenes tienen que tener una perspectiva diferente de la situación y ver en los velódromos una escuela de alto aprendizaje y mejora constante. Algo parecido a lo que ocurre con los trofeos de tipo critérium. Una modalidad ideal para mejorar la técnica y la visión de carrera que debería ser percibida como algo más que una forma tonta de pasar la tarde dando vueltas alrededor de un polígono o un paseo metropolitano.

Recogemos lo que sembramos.

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Aleix Serra